Entrevista con Bryan Caplan

ยฟTenemos un sistema electoral confiable? ยฟEs posible organizar un fraude en las casillas? ยฟNecesitamos nuevas reformas sobre gastos de campaรฑa, dinero ilรญcito y compra del voto? ยฟQuรฉ significa exactamente la compra del voto? ยฟCuรกles son las opciones del Tribunal Electoral? ยฟHasta quรฉ punto es racional nuestro voto? Un grupo de expertos en materia electoral responde a estas y otras preguntas de dramรกtica actualidad.
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Hay muchas maneras de intentar comprender el comportamiento de los votantes. Uno puede decantarse por explicaciones sociolรณgicas, psicosociales y racionales, o bien, colocarse del otro lado del espectro y asumir con humildad lo que ya intuimos y que Bryan Caplan puso en palabras en The myth of the rational voter: Why democracies choose bad policies: los votantes somos irracionales.

 

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En tu libro afirmas que el votante, en el รกmbito polรญtico, es irracional, pero no lo es todo el tiempo en el resto de los aspectos de su vida. ¿Podrรญas explicarnos un poco mรกs por quรฉ ocurre eso y por quรฉ esta irracionalidad parece no tener soluciรณn?

Lo que digo es que cuando tienes creencias irracionales que afectan la manera en que tomas decisiones personales, pagas el precio correspondiente. Pero si vas a elegir entre dos candidatos y uno ofrece polรญticas que te darรกn ingresos mucho mรกs altos que el otro –y he aquรญ la clave–, si votas de manera equivocada, si votas a partir de creencias irracionales, ¿quรฉ te va a pasar? Lo mismo que te pasarรญa si votaras a partir de creencias que estรกn en lo correcto. Porque eres solo una persona. La idea es que los votantes son una voz entre millones, lo cual significa que podrรญan ir a votar de una manera totalmente absurda, y sus vidas no les cambiarรญan realmente porque el mundo no escucha a una persona (individual).

 

En tu libro distingues entre las preferencias y las creencias cuando hablas sobre la irracionalidad en contraste con la “ignorancia racional”. ¿Quรฉ quieres decir con “preferencias”?

Solo uso el tรฉrmino como lo hacen los economistas. La preferencia es cualquier situaciรณn en la que estableces prioridades entre distintas maneras y distintos resultados. Lo que digo en el libro es que la gente a menudo manifiesta una creencia para una preferencia. Existen muchas creencias a las que la gente prefiere aferrarse aun cuando estรฉ equivocada.

 

¿Cuรกl serรญa la diferencia entre un votante irracional y uno ignorante?

La manera mรกs sencilla de verlo es la siguiente: si eres ignorante, reconรณcelo. Si no sabes si un coche es una buena compra, lo mรกs sencillo que puedes hacer es decir “Bueno, mejor no lo compro, no sรฉ lo suficiente, voy a esperar hasta que sepa mรกs”. Por el contrario, una persona irracional cree que tiene las respuestas aun cuando no las tiene. Cuando eres irracional te lanzas a decir “No necesito saber mรกs, sรฉ todo lo que necesito saber, tengo la verdad, tengo las respuestas, y voy a actuar”.

 

¿Cuรกles son los costos sociales de la irracionalidad?

El mayor costo social es que algunas polรญticas en realidad son mejores para el crecimiento econรณmico, pero si la gente sostiene creencias irracionales sobre cuรกles polรญticas funcionan, no votan por ellas y las polรญticas con malos resultados ganan por demanda popular.

 

El votante ignorante tendrรก al menos el consuelo de saber que no tenรญa las herramientas suficientes para comprender si aquella polรญtica era buena o mala, ¿cierto?

Claro, el votante que es verdaderamente ignorante cuando menos no estarรญa celebrando cosas malas. El votante ignorante puede decir “no sรฉ si esto es bueno o malo”, pero si la gente que no comprende la polรญtica pensara asรญ, las cosas funcionarรญan muy bien, porque la gente que no sabe lo que estรก haciendo aventarรญa una moneda y los que sรญ saben votarรญan utilizando ese conocimiento. Asรญ, en promedio, las polรญticas elegidas serรญan realmente buenas. A veces me preguntan: ¿No le pides demasiado a la gente? No puedes exigir a las personas que pasen aรฑos estudiando economรญa y polรญtica. Pero lo que yo pido en realidad es bastante fรกcil. Lo รบnico que digo es sรฉ honesto contigo mismo y, cuando realmente no sabes, sรฉ humilde al respecto. Si no sabes, no votes o avienta una moneda. Solo vota con base en lo que sabes. Por ejemplo, si tienes mucha informaciรณn acerca de los caminos locales –si necesitan mantenimiento o no– vota sobre eso, pero si existen otros puntos con los cuales no estรกs familiarizado, ignรณralos. Solo vas a arruinar las cosas. Corres el riesgo de ahogar las voces de las personas que en realidad saben algo.

 

Eso desde la perspectiva del votante. Pero, quienes hacen las polรญticas pรบblicas, ¿cรณmo se supone que deben lidiar con la irracionalidad de los votantes? ¿Solo se aprovechan o tienen el deber de intentar mitigarla?

Yo creo que por lo general solo se aprovechan. Dirรญa que la gente que entra a la polรญtica por lo general es gente que quiere ganar, quiere estar en el poder y no corrigiendo a la gente. A menudo incluso cumplen con sus promesas, pero cuando cumplir plenamente con la promesa tendrรก efectos negativos, el polรญtico tiene que preocuparse, porque los votantes se enojarรกn sin importar que ellos mismos hayan votado por las polรญticas que causaron el desastre.

 

Y la sociedad civil o las organizaciones populares, ¿tienen alguna influencia para imponer lรญmites sobre la irracionalidad de los votantes? ¿Juegan un papel para volverlos un poquito mรกs racionales?

Creo que las organizaciones populares por lo general empeoran las cosas.

 

¿De quรฉ manera?

La idea original de una organizaciรณn popular consiste en utilizar las promesas que suenan muy bien y muy populares e intentar que los polรญticos las cumplan. Pero mi punto es el siguiente: las polรญticas populistas son por lo general una mala idea. Suenan bien, pero dan malos resultados. Aunque por supuesto, existen algunos grupos que mejoran las cosas, como los que ofrecen educaciรณn econรณmica.

 

Entonces la democracia, al parecer, tiene este defecto intrรญnseco: le corresponde a la mayorรญa tomar las decisiones y, si tiene รฉxito, tal y como dices, ahoga las posibilidades que tendrรญa cada voto individual para tomar una decisiรณn, disminuye la influencia real del votante. ¿Existe manera de superar este problema?

No hay una gran soluciรณn, pero existen maneras de mejorar las cosas. Una de ellas es imponer lรญmites constitucionales a la democracia. La mayor parte de las democracias no exigen un voto mayoritario todo el tiempo para todas las cosas. Tambiรฉn a menudo, los polรญticos y los reguladores tienen un poco de margen para mejorar la polรญtica si asรญ lo quieren. Existen muchas รกreas a las que los votantes simplemente no prestan demasiada atenciรณn porque encuentran aburridos esos asuntos. En esas รกreas hay oportunidad de mejorar las cosas.

 

En algรบn punto del libro tambiรฉn escribes: “En los entornos polรญticos del mundo real, el precio de la lealtad ideolรณgica es casi cero.” Entonces, ¿se relaciona alguna vez la ideologรญa con la buena polรญtica o el buen gobierno o, si acaso se encuentran, es solo por azar?

Es solo por azar. La ideologรญa podrรญa ser correcta. Pero dado que existen tantas y todas estรกn peleadas entre sรญ, la mayor parte de ellas deben estar equivocadas. Podrรญas emplear el mismo argumento sobre la religiรณn: puede que haya una sola religiรณn verdadera, pero la mayorรญa de ellas tienen que ser falsas, porque dicen cosas diferentes.

 

¿Existe una forma de gobierno que podrรญa garantizar dar a la gente lo que necesita, aun cuando la gente no estuviera de acuerdo con ello?

Claro que sรญ, el รบnico problema es que el hecho de que el gobierno estรฉ en desacuerdo con el pรบblico no significa que estรก siendo mejor; a menudo estรก siendo peor. Obviamente, una dictadura es una manera de dar a la gente iniciativas que ellos mismos no quieren. Sin embargo, como digo claramente en el libro, de ninguna manera estoy alabando a la dictadura. Por lo general son terribles. Pero es concebible que una dictadura nos dรฉ mejores iniciativas. No me acuerdo si lo menciono en el libro, pero las iniciativas que Pinochet impuso a Chile convirtieron a este en el paรญs mรกs rico de Amรฉrica Latina.

 

Terminas tu libro convocando a mรกs investigaciรณn sobre la locura y el comportamiento irracional. En estos cinco aรฑos, desde que el libro fue lanzado, ¿cรณmo encuentras el รกmbito? ¿Cuรกles son los avances y cuรกles las preguntas mรกs apremiantes dentro de esta investigaciรณn sobre la insensatez?

Fui coautor de otra monografรญa donde estudiamos el efecto de la inteligencia sobre las creencias econรณmicas. En mi investigaciรณn original, estudiรฉ las creencias sobre la educaciรณn econรณmica, pero ahora encontrรฉ otra encuesta que tenรญa una prueba de coeficiente de inteligencia, y concluimos que la inteligencia es aun mรกs importante que la educaciรณn. La inteligencia tiene una importancia mayor en las creencias sobre cรณmo funciona la economรญa. Tambiรฉn hay muchas cosas interesantes en el nuevo libro de Daniel Kahneman, Thinking, fast and slow, no tanto sobre la polรญtica sino sobre la irracionalidad en general.

 

¿Muchos cientรญficos y teรณricos polรญticos retomaron la investigaciรณn de las causas de la insensatez? ¿Ha habido avances en el รกmbito de las ciencias polรญticas sobre la irracionalidad?

Existen muchos trabajos individuales que yo considerarรญa como avances, pero no creo que mi libro haya cambiado la manera en que operan los cientรญficos polรญticos. He recibido un montรณn de menciones, pero la aproximaciรณn usual sigue siendo: dar por hecho que los votantes saben lo que estรกn haciendo, y entonces dilucidar por quรฉ lo hicieron. Cuando sabemos que son inteligentes, sabemos que tienen buenas razones, ¿cuรกles serรญan? Predomina la idea de que, de alguna manera, los votantes son infalibles y no pueden equivocarse. Si lo rebates, ¿quiรฉn eres tรบ para cuestionarlos, te crees mejor que los demรกs? Eso es con lo que me tengo que seguir enfrentando.

 

Estos relatos sin insensatos, ¿siguen siendo la norma?

Dirรญa que no estamos tan mal; en particular, la economรญa conductista ha mejorado bastante las cosas. Los economistas solรญan comportarse como los encargados de la policรญa racional. Cuando alguien contaba una historia, decรญan: espรฉrate, ese relato pide que la gente sea racional. Asรญ que sabemos que estรก mal. Durante los รบltimos cinco aรฑos, los economistas se han vuelto mรกs psicolรณgicos, asรญ que son mucho menos dogmรกticos al respecto. Ojalรก que esto se extienda tambiรฉn a las ciencias polรญticas. Los economistas arruinamos las ciencias polรญticas, y ahora espero que podamos arreglarlas. Deshacer el daรฑo que infligimos en otra รกrea. ~

Los votos y la ley

Elecciones legรญtimas pero inequitativas” por Javier Aparicio

¿Inconsistencias o irregularidades?” por Willibald Sonnleitner

El mercado de los votos” por Cynthia Ramรญrez

La inconformidad” por Peter Bauer

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(ciudad de Mรฉxico, 1980) es ensayista y traductor.


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