Fragmento

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                                                       … Según eso, así pues,
¿tan solo los sentidos pueden dar testimonio
de lo vivido, lo experimentado,
como si únicamente el olor pródigo
del tomillo en noviembre nos trajera,
de pronto, la lección
de la unidad, de la reviviscencia?

¿Ningún poder como el del tacto
de las sábanas frías una noche de invierno
en la casa natal que se levanta
entre las plataneras y el barranco,
para saber, en lo más hondo
de nosotros, el vértigo
inmóvil, la ardorosa tempestad
de lo perpetuo, de lo indestructible?

Entonces, ¿qué diré de tu figura
en mis ojos un día, aquel fragor
de todos los sentidos?

Pues, al verte, mis ojos, arrasados,
y el tacto y el oído, suspendidos,
de súbito, corrieron a lo uno.

Y todos los sentidos decían el sentido. ~

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(Santa Brígida, Gran Canaria, 1952) es poeta y traductor. Ha publicado recientemente La sombra y la apariencia (Tusquets, 2010) y Cuaderno de las islas (Lumen, 2011).


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