La lira de Orfeo conmovía hasta a las piedras. No obstante, murió descuartizado por una frenética multitud de ménades. ¿Qué ilustra su vida? ¿Que la música y la poesía no le sirvieron de nada? Habría que preguntarle a las piedras… Lo cierto es que la utilidad, tal y como la concebimos hoy en día, no está emparentada con la poesía. “La poesía no sirve para nada, salvo para vivir”, dice el poeta venezolano Eugenio Montejo, quien colabora con una pavana en este número decembrino de Letras Libres en el que hemos convocado a diversas voces a reflexionar sobre la salud de la poesía en el vértigo del presente. ¿Está enferma?, ¿no se ha sabido reinventar?, ¿sigue teniendo el poder incantatorio de la lira de Orfeo? La recurrencia de las interrogantes indica, al menos, un desasosiego. George Steiner, con un cuento en clave mexicana; David Huerta y Alfonso Alegre Heitzmann, con un sazonado diálogo trasatlántico; Jorge Fernández Granados, Víctor Manuel Mendiola y Eduardo Milán, con controvertidos diagnósticos y propuestas; Guy Davenport, con su perseverante renovación de Pound; y, claro, Eugenio Montejo, Ulalume González de León y Raúl Zurita, con sendos poemas, todos ellos contribuyen al enriquecimiento de un tema inagotable. También, invitamos a nuestros lectores a participar en una provocativa encuesta: se trata de escoger, de entre doscientos, a los diez mejores poetas mexicanos vivos. Los resultados los publicaremos en febrero, pero antes, mucho antes, están las fiestas. Que las disfruten. –
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