Como un genuino transformer, el detector ATLAS es una monumental mĆ”quina que entiende nuestras preguntas sobre la intimidad de la materia y responde en la lengua de los quarks; conoce los dialectos cuĆ”nticos que resuenan a lo largo de los recovecos del Centro Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN). ĀæSu objetivo? Combatir la ignorancia y la suposiciĆ³n sin fundamentos experimentales o teĆ³ricos consensuados con la comunidad. Es el cumpleaƱos de uno de los guardianes de la razĆ³n experimental.
Fue concebido a fines de 1992, cuando un grupo de cazadores de partĆculas subatĆ³micas lo sometiĆ³ a consideraciĆ³n del ComitĆ© de Experimentos del Gran Colisionador de Hadrones (LHC). Y es que un aƱo antes se habĆan reunido en CERN diversas autoridades cientĆficas y representantes de la UniĆ³n Europea a fin de presenciar la firma del documento que autorizaba desmontar el viejo Gran Colisionador de Protones (LEP) y sustituirlo por uno mĆ”s poderoso, el actual LHC. Entre los firmantes estaban el entonces director general, Carlo Rubbia, una leyenda entre los cazadores de partĆculas, asĆ como Christopher Llewellyn Smith, figura clave en el desarrollo de la investigaciĆ³n cientĆfica y la educaciĆ³n superior en Gran BretaƱa y Europa. Dos aƱos mĆ”s tarde, y gracias al patrocinio del Consejo BritĆ”nico, pude conversar con ambos. Para Rubbia el desafĆo radicaba no sĆ³lo en generar un enorme campo magnĆ©tico sin sobresaltos, sino diseƱar y construir un detector interno capaz de observar, sin parpadear, las Ćnfimas partĆculas producto de las colisiones. Tanto Ć©l como Llewellyn Smith sabĆan que semejante detector tenĆa que ser compacto y muy sensible. Esperaban de manera fehaciente ver el acelerador alimentando ATLAS, CMS, ALICE y LHC-b a principios del siglo XXI. Cuando le preguntĆ© a Llewellyn Smith quĆ© opinaba de los detractores de esta ciencia āonerosaā, respondiĆ³: āSi les hiciĆ©ramos caso, terminarĆamos haciendo teologĆaā.
āTiene que ser una mĆ”quina versĆ”tilā, me dijo Peter Jenni, parte del grupo que concibiĆ³ el alma de ATLAS, āesperamos que se convierta en un parteaguas y nos deje explorar la selva de quarks, muones, electrones, fotones y demĆ”s entidades exĆ³ticas, hasta llegar al bosĆ³n de Higgsā. En julio de 1997, ya en su calidad de director general de CERN, Llewellyn Smith aprobĆ³ la construcciĆ³n del detector mĆ”s ambicioso jamĆ”s construido por la humanidad. Un aƱo mĆ”s tarde, mientras mirĆ”bamos atĆ³nitos los trabajos en la gigantesca caverna, a cien metros de profundidad, donde residirĆa ATLAS, Jenni anunciĆ³ que pronto traerĆan la ācebollaā. En efecto, este gigante de 25 metros de alto por 44 de largo y otros 25 de ancho fue construido en capas que se fueron cerrando alrededor del conducto del LHC, cuyo diĆ”metro es mucho mĆ”s pequeƱo que el tĆŗbulo al interior de un cabello humano. A travĆ©s de dicho conducto se envĆan partĆculas subatĆ³micas casi a la velocidad de la luz y se hacen chocar en puntos precisos del kilomĆ©trico anillo subterrĆ”neo, donde se encuentran los cuatro detectores mencionados.
ĀæCuĆ”les son los logros de ATLAS? Haber encontrado evidencias irrefutables del bosĆ³n de Higgs, lo cual le ha permitido al Modelo EstĆ”ndar de la Materia resistir los embates de la navaja de la experimentaciĆ³n. Poco conocidos, si bien no menos trascendentales para la vida diaria de muchas personas, son los productos de la derrama tecnolĆ³gica que propicia la construcciĆ³n de una mĆ”quina tan sofisticada, sostenida por colosales sĆŗper imanes, sĆŗper conductores solenoides (capaces de generar campos magnĆ©ticos uniformes e intensos) y toroidales, es decir, dispuestos alrededor del LHC como una dona. De ahĆ su nombre: A Toroidal Lhc ApparatuS, un admirable trabajo cuasi artesanal en un entorno de alta tecnologĆa industrial.
Sobresale el invento de un grupo de colaboradores de ATLAS, quienes idearon un sistema capaz de grabar la actividad de las cĆ©lulas que conforman la retina en el ojo humano. Otros pensaron que los sensores de diamante que usa ATLAS podrĆan emplearse en una terapia de hadrones. Dichos sensores se hacen a base de diamantes sintĆ©ticos, los cuales se obtienen mediante deposiciĆ³n de vapores quĆmicos, y han demostrado su eficacia en dichas terapias hadrĆ³nicas, pues presentan mayor resistencia a la radiaciĆ³n, una respuesta mĆ”s rĆ”pida y la posibilidad de funcionar a temperatura ambiente, cosa que con otros dispositivos no es posible. Una tercera aplicaciĆ³n derivada de los dispositivos creados para la investigaciĆ³n pura es el uso de instrumentos ultrasĆ³nicos, por ejemplo, para la anestesia clĆnica. Tales aparatos se concibieron con objeto de controlar la mezcla de gases que mantienen el detector a una temperatura gĆ©lida y conocer lo mĆ”s temprano posible fugas en el detector interno de ATLAS. Trasladados a la tecnologĆa mĆ©dica, podrĆan avisar a los mĆ©dicos en medio de una intervenciĆ³n quirĆŗrgica de cualquier posible anomalĆa en tiempo real, en particular si en dicha operaciĆ³n emplean mezclas de xenĆ³n y oxĆgeno, pues deben echar mano de dos tĆ©cnicas distintas de anĆ”lisis, perdiendo tiempo valioso. Asimismo, ciertos sensores 3D de silicio, creados de manera especĆfica para ATLAS, podrĆan utilizarse en la introspecciĆ³n de personas mediante imĆ”genes muchos menos agresivas que los rayos X.
Sin embargo, el gigante envejece rĆ”pidamente. En 2008, sin haber visto ninguna partĆcula, hubo que renovar algunos de sus detectores por obsoletos. Hoy, luego de haber alcanzado el sĆŗper estrellato al descubrir el bosĆ³n de Higgs, a sus 25 aƱos de edad tendrĆ” que hibernar a partir del prĆ³ximo otoƱo durante dos aƱos. La caverna donde habita y donde ha hecho de las suyas elevarĆ” su temperatura. Entonces los expertos podrĆ”n bajar de nuevo, abrirĆ”n sus entraƱas y lo dotarĆ”n de los artificios necesarios para seguir atisbando donde los objetos apenas existen.
escritor y divulgador cientĆfico. Su libro mĆ”s reciente es Nuevas ventanas al cosmos (loqueleo, 2020).