A la amplia y sustanciosa obra de Marรญa Baranda (Ciudad de Mรฉxico, 1962), acelerada en aรฑos recientes con tรญtulos como Teorรญa de las niรฑas (2018), Caรฑรณn de Lobos (2021), Un leve aullido bajo la arena (2023) y La inmensidad (2023), se acaban de sumar dos nuevos poemarios, Sombra y materia y Deslumbrantes campos de hielo, que confirman una poesรญa a la vez sedosa y erizada, tejida de preguntas a las que es imposible dar respuesta, filosรณfica, aunque enraizada en las experiencias materiales del amor y la familia.
Sombra y materia, un libro fuertemente especulativo, aunque nunca renuncie a la materialidad de un lenguaje carnal, que suda y sangra,dibuja el combate, o la cรณpula, entre las dos caras del ser: lo que se percibe y lo que se intuye, lo que tocamos y lo que imaginamos, lo que queremos y lo que somos. La sombra dice cuanto se embebe en el envรฉs de las cosas y fertiliza la conciencia: la ahonda, la afila; la sombra nombra y recrudece el ser. Una cita de Paul Celan, uno de los poetas que mรกs ha influido en Baranda, encabeza la segunda y รบltima secciรณn del libro, que contiene dos largos poemas, de aliento bรญblico y enumeraciones burbujeantes de metรกforas: โQuรฉdate ciego desde hoy: / tambiรฉn la eternidad estรก llena de ojos.โ El rumano apela a la tradiciรณn ancestral de la ceguera iluminadora, presente en Tiresias, Edipo, Gloucester y el ciego del Lazarillo, a la que tambiรฉn se acoge Baranda, aunque otra cita suya habrรญa sido igualmente reveladora del espรญritu que alienta en Sombra y materia: โWahr spricht, wer Schatten sprichtโ, โdice verdad quien dice sombraโ (Josรฉ รngel Valente tradujo โdice la verdad quien dice sombraโ, pero el artรญculo desequilibra y empequeรฑece). Tambiรฉn la mรญstica, y singularmente Juan de Yepes, subyace en el afรกn por decir lo que sabemos que late en el fondo del lenguaje, para iluminar la oscuridad que es vivir, pero que desesperamos de alcanzar, por mรกs que exploremos vรญas desconocidas y subvirtamos las palabras con el deseo de encontrar otro camino al corazรณn de la existencia. En la sombra estรก la verdad โla certeza de nuestra levedadโ, frente al imperio de la luz y la pujanza de la materia, y cuanto se arracima en ella: el miedo, la soledad y la muerte, pero tambiรฉn el amor. La sombra inaugura los poemas: โAbre sombraโฆโ dicen los dos primeros del libro; โdeja sombraโฆโ reza el tercero; โsombra en el gritoโฆโ empieza el cuarto. La sombra protagoniza el anverso de la moneda cuyo reverso es la materia y, a veces, adquiere tal firmeza que desbarata el binomio aristotรฉlico y cobra entidad material. Entonces se personifica: โVi pasar la sombra en el declive de la saliva (โฆ) / La vi al comienzo / โtan ciega entoncesโ / suspendida / donde las estaciones / son ahora el filo / de la lengua en los sentidos. / [โฆ] Dice la sombra entonces: / lo que sucede es la chifladura / o el capricho [โฆ] / A galope, entonces / sombra / que te levantas / obsesionante / en tu palabra crรญtica.โ Las alusiones, aquรญ, a la saliva, la lengua, el decir y la palabra remiten al campo primordial en el que se libra la batalla entablada por Baranda: el lenguaje. Porque sin lenguaje no hay realidad ni comprensiรณn de la realidad; porque en el lenguaje se verifican el conflicto de ser y nuestra humanidad. El de Sombra y materia da cauce a una poesรญa a un tiempo fluida y quebrantada, a ratos caudalosa, mรกs atenta a su desenvolverse libรฉrrimo que al respeto por los reglamentos de la dicciรณn; una poesรญa que se rebela contra las ataduras y se destripa en la pรกgina, sin mรกs lรญmites que los que decida tener en cada verso. โTodo es lenguaโ y โtodo se nombraโ, escribe Baranda; pero tambiรฉn: โEl vocabulario dice lo impropioโ. La poesรญa de Marรญa Baranda, urdida con paradojas y repeticiones, con asociaciones libres y juegos sonoros, con aliteraciones y sรญmbolos, avanza por derroteros siempre imprevistos: por donde no se la espera, como debe ser. Y sirve a su propรณsito รบltimo: progresar en el conocimiento de lo que no se deja conocer โel mundo y nosotros mismosโ, pero que, aun asรญ, proyecta una luz genรฉsica sobre todo: โEstaba el germen de la desesperaciรณn / y la desesperaciรณn estaba / en la punta de la lengua, / al paso siempre de una palabra nueva / que nos guiara mรกs allรก de nosotros / en nosotros mismos.โ
Deslumbrantes campos de hielo, cuyo tรญtulo estรก tomado de Marianne Moore y que viene con las imรกgenes de planos geomรฉtricos de Geometrรญa descriptiva, de Adriรกn Giombini, publicado en 1942, comparte el espรญritu inquisitivo y desconcertante de Sombra y materia, y los trastrueques sintรกcticos que caracterizan a este poemario, pero no persevera en la dualidad que lo estructura, sino que se aventura a multiplicarla. Ahora es la pluralidad de planos โtemporal, espacial, existencialโ la que articula el poemario: el encaje o dislocaciรณn de los sentimientos, los actos y las vidas, metรกfora de los conflictos a los que estamos abocados en el transcurso zigzagueante del tiempo; una pluralidad que encuentra su traducciรณn grรกfica en los fantรกsticos โy solo comprensibles por los geรณmetrasโ dibujos de Giombini. Para significar esta turbulenta multiplicidad, Deslumbrantes campos de hielo cuenta una historia, aunque no sabemos cuรกl, ni falta que hace. El texto de contracubierta dice que esa historia โnunca empieza y jamรกs terminaโ, y dice bien: el hilo argumental es una sucesiรณn de fragmentos surgidos in medias res, que saltan de un aรฑo a otro, de una lugar a otro, y en los que fulge una oscura constelaciรณn de personajes: la tรญa Serafina, el seรฑor Plinio, la Tuerta Jerry, los padres y los abuelos de la poeta, una gata que hace pis, el seรฑor de las gafas. Tambiรฉn reconocemos un cementerio, que aparece al principio (โve a Dios en un caracol que se arrastra entre lรกpidas. / [โฆ] Ahรญ, dos รกngeles custodian a un muertoโ) y al final del libro (โesa palabra los conduce de nuevo al cementerio / donde estรก el muerto de antes custodiado en su tumba / por los mismos รกngelesโ), y que trasluce las ideas de muerte y resurrecciรณn por la palabra que atraviesan la obra de Marรญa Baranda. A veces cree uno que el libro relata una fuga; otras, que describe un mundo: una calle, un barrio, una familia; otras, le parece captar, aquรญ y allรก, las llamaradas y las cenizas de un amor, quizรก trรกgico, y de algunos episodios erรณticos: โjuegan a darse besos y a tocar la pistola. / Me gusta mucho sobarte, le dice la tรญa Serafina al seรฑor Plinioโ. Marรญa Baranda remacha la recurrencia de los caracteres con la de las imรกgenes โโcielo rojo sin estrellasโ, una imagen tan sanguรญnea como pesarosa, recorre todo el poemarioโ, las anรกforas y conexiones entre los poemas, y series de piezas que cabe considerar variaciones de un mismo tema; un conjunto de mecanismos que redondean un poemario cubista y fracturado, y que le proporcionan una inesperada unidad. Tambiรฉn lo cohesiona el protagonismo del lenguaje empleado por la poeta. En toda literatura, el lenguaje es protagรณnico, pero no del modo en que lo es en Deslumbrantes campos de hielo: aquรญ se convierte en un actor mรกs del mismo teatro, en una realidad separada y autรณnoma de la realidad que refiere: โEl horizonte eran sรญlabas estรกticas / y una lรญnea de verbo y sangre, / cristales rotos en palabras. // Dijo: esto, la poesรญaโ, leemos en el segundo poema del libro. Mรกs adelante, Marรญa Baranda nos habla del โrumor gramatical de toda angustiaโ y de muchas palabras individuales, que adquieren hechuras de sujeto y aparecen en el poema como actores que saltaran al escenario: trabajo, dinero, peligro, silencio, rรญo, ahogarse, olvido. En un poema de cuatro versos (la variabilidad formal de Deslumbrantes campos de hielo es coherente con su complejidad estructural: contiene desde monรณsticos hasta poemas en prosa), averiguamos que el seรฑor de las gafas se esconde detrรกs de la palabra โamenazaโ, โuna palabra muy difรญcil, dice la tรญa, porque realmente / no se sabe quรฉ significaโ, una palabra que es una โyegua en la pรกginaโ. El miedo asociado a palabras como โamenazaโ aparece a menudo en el poemario, pero Deslumbrantes campos de hielo no transmite temor, sino un sosiego tumultuoso, una alborotada aceptaciรณn de lo que nos perturba y nos conmueve. ~
(Barcelona, 1962) es poeta, traductor y crรญtico literario. En 2011 publicรณ el libro de poemas El desierto verde (El Gato Gris).