Una niña camina con los ojos errados entre la crecida yedra. Hace no mucho que con sus piernas aprieta la tierra / la intuición de las simetrías y proporciones aún es temprana. A ti(e)ntas, a paso despacio pisa como humo; se mueve los metros que puede. Esa niña soy en mí, buscando sin ir hacia delante, desplazándose entregada a la sorpresa que ocurre con el instante, mientras toca los matorrales apenas con las huellas y alcanza el tímpano una constancia de mar adentro. No es avanzar lo que ella trama… Es algo como indagar muy hondo el volumen de nuestra presencia en los días y algunos, niña, corresponderán dulces a tus propósitos. Camina con los ojos errados entre las yedras del espíritu y averigua la densidad capaz de atemorizar al verbo. Con los ojos cerrados cada vez más abiertos, with senses so sharp and hands like gloves, a gatas anda lanzando saetas al exterior convertidas en letras que son ya cenizas, incluso antes de quemarse.
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