Tradicionalmente las elecciones intermedias en MĆ©xico no suscitan el interĆ©s o las pasiones que desatan las presidenciales. Y los comicios intermedios de este aƱo tienen lugar en un contexto en el que, ademĆ”s del desinterĆ©s, la gente estĆ” mĆ”s enojada que de costumbre con la polĆtica. Esto impone un desafĆo a la comunicaciĆ³n de la autoridad electoral, que tiene en la confianza ciudadana su mĆ”s preciado activo.
El principal reto de comunicaciĆ³n del Instituto Nacional Electoral (INE) radica en que es un organismo con tres grandes responsabilidades: una es tĆ©cnica (organiza la elecciĆ³n federal), otra es legal (aplica la ley para regular a los partidos) y otra es, inevitablemente, polĆtica. Comparto algunas reflexiones sobre la comunicaciĆ³n en esos tres frentes.
Creo que la funciĆ³n tĆ©cnica estĆ” bien acreditada. MĆ©xico hoy incluso exporta asistencia en la organizaciĆ³n de comicios a otras naciones. Pero no hay que bajar la guardia en tĆ©rminos de comunicaciĆ³n. Quedan los ecos de la elecciĆ³n de 2006, que fue cuestionada por el candidato presidencial perdedor con acusaciones de fraude que nunca tuvieron sustento, pero que permearon en el imaginario de muchos ciudadanos. Por eso hay que seguir explicĆ”ndole a la gente los muchos mecanismos que garantizan unas elecciones limpias.
Por otro lado, la funciĆ³n legal es cada vez mĆ”s difĆcil de comunicar con efectividad. En parte, creo que eso se debe a la terrible sobrerregulaciĆ³n que la Ćŗltima reforma electoral creĆ³. El INE tiene ahora un sinfĆn de atribuciones que cumplir y reglas barrocas que aplicar: desde decidir si las encuestas electorales aplicadas en algĆŗn distrito son cientĆficamente vĆ”lidas hasta censurar la propaganda negativa de los partidos cuando, al juicio de un puƱado de funcionarios, la gente carece del criterio suficiente para distinguir la verdad de la mentira. El problema de un sistema asĆ es que los partidos ven en el litigio un arma de competencia para descalificar adversarios, por lo que se politiza cada una de las decisiones del regulador. AsĆ es muy difĆcil comunicar, porque “imparcialidad” no siempre se traduce en “justicia” para todos. Dicho de otra manera: el INE siempre queda mal con alguna de sus audiencias y estĆ” permanentemente cuestionado.
Por eso, el tercer reto de comunicaciĆ³n del INE es transmitir que, a pesar de que sus decisiones son inevitablemente polĆticas, las toma con criterios tĆ©cnicos y legales. Tal como lo ha dicho en Letras Libres JosĆ© Antonio Aguilar, los consejeros del INE son funcionarios elegidos por los partidos que tienen que tomar decisiones polĆticas, pero al mismo tiempo manejar el discurso de que son “ciudadanos” apolĆticos y apartidistas. Esta es una contradicciĆ³n que les pesa permanentemente, lo que dificulta lograr congruencia entre el discurso y las decisiones.
Analizando el discurso de Lorenzo CĆ³rdova, actual Consejero Presidente, tengo tres observaciones:
- Es necesario simplificar el lenguaje. CĆ³rdova usa en su discurso un lenguaje muy acadĆ©mico y poco accesible, lo que lo aleja de muchas audiencias no familiarizadas con la jerga del derecho electoral. AdemĆ”s, le sugerirĆa tener en cuenta el legĆtimo enojo ciudadano, no en un papel de “defensor” acadĆ©mico a ultranza de los partidos polĆticos como entidades clave para la democracia electoral, sino de “abogado” de los ciudadanos y del interĆ©s colectivo.
- Construir un discurso institucional menos “autorreferencial” y mĆ”s cercano al ciudadano. El INE tiene tantas atribuciones y reglas que todo el tiempo se la pasa explicando y justificando sus decisiones, por lo que parece que se olvida que los protagonistas de la democracia son los ciudadanos, no los partidos ni las leyes electorales, ni el INE mismo.
- No olvidarse de su funciĆ³n de ser un promotor de la cultura democrĆ”tica y la educaciĆ³n cĆvica. Viendo varios de los spots del INE, es difĆcil diferenciarlos de algunos anuncios de los partidos polĆticos o del gobierno por el manejo de un lenguaje demasiado institucional, que es poco cercano al ciudadano.
En suma, el INE tiene elementos para garantizar tĆ©cnicamente elecciones transparentes, pero grandes retos para comunicar decisiones producto de una ley electoral demasiado compleja. Espero que tanto el discurso del Consejero Presidente como las campaƱas institucionales previas a la elecciĆ³n modifiquen su tono y atiendan con mayor cercanĆa la insatisfacciĆ³n de la sociedad con los polĆticos y sus formas de competir por el poder.
Especialista en discurso polĆtico y manejo de crisis.
