Borrar no es corregir

Internet pareciera ofrecer un atajo รฉtico a la hora de enfrentar la responsabilidad profesional: borrar y pretender que no sucediรณ.
Aร‘ADIR A FAVORITOS
ClosePlease loginn

Vivimos una รฉpoca de medios impulsados cada vez mรกs por el afรกn de impacto, convencidos de que llamar la atenciรณn y apelar a lo visceral da una ventaja competitiva. Los espacios serios han ido cediendo a las mismas presiones que los tabloides sensacionalistas; manipular las emociones del pรบblico, provocar el enojo, la indignaciรณn, la repulsa.

Es raro hoy en dรญa encontrar el equilibrio en el tratamiento informativo de los medios. Las personas, las cuestiones nacionales, las historias, son vistas todas en blanco y negro; todo es un triunfo o un desastre, todo problema, una “crisis”. Este anรกlisis, hecho hace unos aรฑos por el ex primer ministro britรกnico Tony Blair, advertรญa que el periodismo no ha sido el detonador los grandes cambios en la dinรกmica informativa, sino una vรญctima; el escรกndalo derrotรณ al reportaje, las noticias no son noticia si no encienden รกnimos. El periodismo, decรญa Blair, se convirtiรณ en una bestia salvaje que destroza personas y reputaciones.

En los รบltimos cinco aรฑos, varios proyectos periodรญsticos fueron puestos en lรญnea en Mรฉxico con la seria intenciรณn de competir en oportunidad y precisiรณn con los portales de los grandes diarios mexicanos y sus redacciones multimedia. La disputa del mercado de lectores de noticias en internet dio inicio en un momento en que los medios tradicionales desbarraban por llevarse una exclusiva y empezaban a alimentar su oferta informativa de rumores desatados en las redes sociales.

Sitios como El Sendero del Peje, ahora solo SDPNoticias, —por aรฑos, vocero oficio de Andrรฉs Manuel Lรณpez Obrador—, prosperaron pese a la repetida publicaciรณn de rumores y mentiras  y el pirateo de informaciรณn de empresas periodรญsticas serias. Un tabloide, que ademรกs permitรญa a su audiencia apostillar las notas con insultos bajos.

La confiabilidad de los datos, la apuesta a la constancia en los aciertos y el perfeccionamiento de la rapidez para corroborar versiones sin sacrificar la inmediatez, han ido desapareciendo como valor del periodismo online que algunos medios hacen. Invertir, diversificar, generar contenido y agenda propia de temas, ser autocrรญticos, estรกn fuera de su proyecto editorial; la ocurrencia, la pifia, la nota imbรฉcil que informa de quiรฉn se burlaron hoy los tuiteros, asรญ como las fobias polรญticas que comparten con sus lectores son su oferta.

La web del principal semanario polรญtico del paรญs y un sitio de noticias cuyo eslogan es “periodismo digital con rigor” dan muestra de lo que significa ese periodismo de bajos estรกndares y dรฉbil compromiso por lo que se sube a la red. El 4 de junio pasado, durante la visita a Mรฉxico del presidente de China, Xi Jinping, ambos medios publicaron una nota titulada "Cambia Peรฑa nombre del presidente chino; lo llama Juan Yin Juan Yin", cuando en realidad habรญa tratado de pronunciar huan ying, una frase de bienvenida.

Lo que durante horas circulรณ como “el enรฉsimo gazapo del mandatario” se volviรณ en realidad la exhibiciรณn reiterada de la bรบsqueda de clics fรกciles. Proceso corrigiรณ su error mediante dos comentarios en Twitter, en los que anunciaba el retiro de la nota  de su portal y lamentaba el grave error. El segundo medio no rectificรณ ni ofreciรณ disculpas a sus lectores, tampoco llegรณ siquiera a aceptar el error; los editores se limitaron a borrar el primer titular y modificar la nota para que no quedara evidencia, aunque sรญ quedรณ rastro de ella en las redes sociales  donde la promovieron.

Hace algunos aรฑos, el ex presidente del grupo espaรฑol PRISA, Jesรบs Polanco, decรญa que "la banalizaciรณn de la informaciรณn, la superficialidad en el tratamiento de la realidad, la abierta ignorancia o la renuncia a contrastar las fuentes, no pueden ser invocada como sinรณnimo de inmediatez o signo de los nuevos tiempos".

Medios online como los dos mencionados anteriormente no solo incurren con frecuencia en esos vicios; a diferencia de numerosas empresas periodรญsticas con cรณdigos de รฉtica y de prรกcticas editoriales que se obligan a reconocer errores y rectificar sin recursos retรณricos. Internet pareciera ofrecer un atajo รฉtico a la hora de enfrentar la responsabilidad profesional: borrar y pretender que no sucediรณ.

Si el derecho a la informaciรณn es sobre todo del lector y no del periodista, la audiencia deberรญa tener derecho a juzgar a los medios en internet de la misma manera que puede hacerlo con un diario impreso, conocer quรฉ principio editorial ampara desaparecer textos o imรกgenes cuando estos comprometen la credibilidad o la honestidad de sus periodistas, por quรฉ una lรญnea en Twitter puede suplir una fe de erratas debidamente firmada por el equipo editorial cuando lo que se ha cometido es un fraude a los lectores.

Los cรณdigos de รฉtica son contrarios al periodismo de tabloide que lo mismo se alimenta de la vida privada de los funcionarios que da por buena informaciรณn digna de semanario de los insรณlito. No deberรญa exigirse menos rigor a los medios electrรณnicos ni menor responsabilidad a la hora de hacerse cargo de lo que informan. Verificar, contrastar. Se llama periodismo; su apellido (impreso, digital, radiofรณnico) es irrelevante. 

 

+ posts

Periodista. Autor de Los voceros del fin del mundo (Libros de la Araucaria).


    ×

    Selecciona el paรญs o regiรณn donde quieres recibir tu revista: