En octubre del aรฑo pasado, el Tec de Monterrey organizรณ un Foro Internacional de Ciencias de la Felicidad, profusamente anunciado en internet y radio. Al menos para mรญ, la propaganda tuvo un carรกcter informativo, pues ignoraba que la humanidad hubiera descubierto esa panacea. Como la ciencia busca verdades objetivas, los spots daban a entender que los gurรบs invitados al foro habรญan desarrollado ya un instrumento cognitivo para alcanzar el mรกximo anhelo del gรฉnero humano. Mientras el Tec de Monterrey se ufanaba de haber resuelto un misterio que la filosofรญa solo se atreve a formular como pregunta, o cuando mucho, como ideal de vida, en Venezuela Nicolรกs Maduro anunciaba la creaciรณn de un viceministerio para la Suprema Felicidad del Pueblo Venezolano. Aleluya, pensรฉ, la ciencia ya encontrรณ la fรณrmula de la felicidad, y ahora la izquierda se apresura a socializarla. Quiรฉn lo dijera: la derecha regiomontana y la revoluciรณn bolivariana unidas en el noble empeรฑo de tomar el cielo por asalto.
(ciudad de Mรฉxico, 1959) es narrador y ensayista. Alfaguara acaba de publicar su novela mรกs reciente, El vendedor de silencio.ย