¿Cรณmo es posible que en los รบltimos cinco aรฑos, los grupos extremistas de Siria e Iraq han conseguido reclutar 30 mil extranjeros, sobre todo, a travรฉs de internet?
Esta semana Hidden Brain, uno de los programas de radio sobre ciencia y psicologรญa de NPR, transmitiรณ un episodioen el que se debate por quรฉ algunos jรณvenes deciden integrarse a ISIS. Un argumento atractivo es que mรกs que el extremismo religioso, mรกs que el lavado de cerebro que la mayorรญa de nosotros imaginamos como estrategia de reclutamiento de un grupo terrorista, influyen las fuerzas psicolรณgicas como las que ejercen las redes de compaรฑerismo.
El antropรณlogo Scott Atran, uno de los invitados al programa, consejero de Naciones Unidas y de la Casa Blanca,piensa que ISIS, como lo hizo Hitler en su momento, ofrece a los jรณvenes una suerte de glorificaciรณn, muerte y violencia, “el derramamiento de sangre, la brutalidad, ha causado dos cosas a lo largo de la historia humana, en todas las culturas: en primer lugar, une a las personas que lo estรกn haciendo”, y ofrece tambiรฉn trascendencia, “en segundo, asusta a los enemigos y los indecisos”, dejar una huella.
Atran reportรณ anteriormente en un artรญculo en The Guardian que las personas que se unen a ISIS suelen ser jรณvenes transitando algรบn tipo de inestabilidad, como los inmigrantes o los estudiantes que se han separado de sus familias, personas que estรกn cambiando de trabajo o estรกn desempleados, personas que se encuentran en un momento adecuado para sumarse a una suerte de hermandad que resuelva lo mismo la necesidad de pertenecer que la necesidad de tener una causa por la cual apasionarse, y sacrificarse. ISIS, entonces, estudia los problemas personales de quien se propone reclutar, lo que le incomoda, de lo que se queja, para encajar sus inconformidades en “un tema universal de persecuciรณn contra todos los musulmanes”, (mientras mรกs odio se manifiesta en actos discriminatorios y excluyentes hacia los musulmanes, provocados o no por actos terroristas, mayor es la convicciรณn de los nuevos reclutados de que occidente los rechaza, y mayor es la violencia para responder).
En algunas ocasiones, Atran ha hablado con los padres y maestros de quienes han decidido, por ejemplo, abandonar sus estudios o trabajos para unirse a ISIS, como el caso de un estudiante de medicina en Londres. Su consejo para los padres es, irรณnicamente, hablar con los hijos: “con empatรญa, es decir, escuchar tratando de entender de dรณnde vienen, por quรฉ creen en lo que hacen y por quรฉ actรบan de la manera que lo hacen; sin estar de acuerdo con ellos”.
La sugerencia de Atran es aplicar una metodologรญa similar a la que utiliza ISIS: el “compaรฑerismo como estrategia para ayudar a las personas a encontrar su lugar en el mundo, y darles la oportunidad de entregarse a un propรณsito mรกs grande que ellos mismos.” Atran cree que platicar con ellos sobre que el terrorismo no es el verdadero Islam, desde un lugar amistoso, es lo que realmente los harรก cambiar de opiniรณn.
En Sin fines de lucro. Por quรฉ la democracia necesita de las humanidades, Martha Nussbaum defiende la importancia de practicar disciplinas como la economรญa o la medicina con “lo que podrรญamos llamar el espรญritu de las humanidades: mediante la bรบsqueda en el pensamiento crรญtico, la imaginaciรณn, la comprensiรณn empรกtica de las experiencias humanas de muchos tipos diferentes, y la comprensiรณn de la complejidad del mundo en el que vivimos”. Nussbaum insiste en que para que la idea de ciudadanรญa sea mรกs incluyente, es necesaria “la capacidad de trascender lealtades locales, de acercarse a los problemas del mundo como un ‘ciudadano del mundo’, y la capacidad de imaginar simpatรญa en el predicamento de otros.”
Atran y Nussbaum depositan esperanza en la empatรญa y sus consecuencias prรกcticas. La empatรญa, por un lado, con las vรญctimas de un ataque terrorista, nos permite entender el sufrimiento, compartirlo y pensar de quรฉ manera empezar a solucionar el problema. Pero, como lo ha dicho muy bien Paul Bloom, en El lado oscuro de la empatรญa, la empatรญa con las vรญctimas tambiรฉn podrรญa replicar el odio a los terroristas, querer matarlos como ellos han matado, e impedirnos entender que son todavรญa personas con quienes, de acuerdo a Atran, lo mejor es hablar para desbaratar su radicalizaciรณn, antes de atacar.
Si Atran y Nussbaum tienen razรณn, conversando, sin imposiciones, es posible rescatar posibles terroristas u homรณfobos que quizรก no van a matar a 49 personas en un bar, pero personas como nosotros, a su manera violentas, con un idealismo revertido, que van acumulando odios que merecen una cachetada con guante blanco.
Ciudad de Mรฉxico