Por lo que he podido leer, las recientes declaraciones de Horst Rippert han desatado una gran suspicacia entre los fieles seguidores de Antoine de Saint-Exupรฉry. Horst Rippert: vaya nombre para un piloto de la Luftwaffe โes tan perfecto que resulta inverosรญmil. ยฟQuรฉ dijo? Dijo, hace menos de un mes, que fue รฉl quien derribรณ el Lightning P-38 de Saint-Exupรฉry el 31 de julio de 1944. La tardanza de su confesiรณn, que coincide con la inminente apariciรณn de un libro sobre el asunto, ha provocado un gran escepticismo. Yo le creo por tres razones, dos de ellas fรกcticas y una literaria. La primera razรณn es que Rippert no confesรณ antes porque no querรญa pasar a la historia como el asesino de Saint Ex, autor al que admiraba desde niรฑo (no sabรญa que era รฉl a quien disparaba esa maรฑana, en la costa de Toulon). La segunda razรณn es que no confesรณ motu proprio, sino que respondiรณ a una investigaciรณn que se estaba llevando a cabo (su respuesta es instantรกneamente clรกsica: โPueden dejar de buscar, fui yo quien abatiรณ a Saint-Exupรฉryโ). Y la razรณn literaria es que es la muerte que el autor de Vol de nuit deseaba y merecรญa. Saint-Exupรฉry habรญa salido muy temprano desde Cรณrcega para hacer un vuelo de reconocimiento. Quien lo haya leรญdo (el mencionado Vuelo nocturno, Correo del sur, Piloto de guerra) sabrรก cuรกnto disfrutaba nuestro autor esos vuelos en soledad, que no tardaban en convertirse en largos soliloquios alados. Esa maรฑana, probablemente reflexionara sobre la guerra y la muerte sin advertir que, ocho mil metros mรกs abajo, Horst Rippert, un as de la Luftwaffe, ya enfilaba su Messerschmitt B-109 hacia รฉl. Abajo el profundo azul cobrizo del Mediterrรกneo, arriba el casto azul de la maรฑana veraniega, en medio un aviรณn minรบsculo y un piloto que, al momento de morir, supo que lo hacรญa volando. Tal vez, no lejos de ahรญ, una pequeรฑa embarcaciรณn vio un aviรณn cayendo del cielo, pero tenรญa que llegar a algรบn lugar y siguiรณ tranquilamente su camino.
– Julio Trujillo