Los abajo firmantes, hispanos que ocupamos puestos en la academia de los Estados Unidos, así como intelectuales, artistas y científicos de México, América Latina y España, nos negamos a guardar silencio frente a las alarmantes declaraciones del candidato a la presidencia de los EEUU Donald Trump.
Desde el anuncio de su candidatura, ha acusado a los inmigrantes mexicanos de ser criminales, violadores y traficantes de drogas, ha prometido deportar a 11 millones de ellos y ha hablado de construir un gran muro a todo lo largo de la frontera con México. Su discurso de odio apela a las más bajas pasiones, como la xenofobia, el machismo, la intolerancia política y el dogmatismo religioso. Todo lo cual inevitablemente recuerda campañas que en el pasado se han dirigido contra otros grupos étnicos, y cuya consecuencia fue la muerte de millones de personas. De hecho, las agresiones físicas contra los hispanos y los llamados a prohibir el uso público del español han comenzado ya.
Los ataques verbales del Sr. Trump no se basan en estadísticas y hechos comprobadossino en su muy personal e infundada opinión. No sólo desdeña a los inmigrantes hispanos (después podrían seguir otros grupos étnicos) sino que exhibe una peligrosa actitud contra sus oponentes, a quienes tacha de estúpidos o débiles. A los entrevistadores, los ha acusado de tener motivos turbios y expulsó de una rueda de prensa a un prominente periodista hispano que le planteó una pregunta incómoda. Trump ha lanzado comentarios soeces sobre las mujeres. Sus guardaespaldas y seguidores atacan a manifestantes pacíficos.
La expulsión de los inmigrantes mexicanos sería catastrófica para estados como California, Arizona, Nuevo México y Texas, donde la mayor parte del trabajo manual es mexicano. En California, por ejemplo, esos inmigrantes cosechan 200 productos agrícolas, sirven en hoteles y restaurantes, recogen la basura, ejercen, en suma, oficios que los americanos locales se rehúsan a desempeñar. California es el principal fabricante de vino y de muchos productos agropecuarios en el país. Es también el primer destinatario de turismo. Estos sectores generan US$70,000 millones anuales, pero sin los trabajadores mexicanos la economía del estado se iría a la ruina. Algo similar ocurriría en el resto del país.
Muchos de los firmantes somos inmigrantes hispanos que hemos sido bien acogidos en esta gran nación y contribuido con nuestro trabajo, en diversos campos, al conocimiento, los avances de las ciencias, a la prosperidad, el entretenimiento y el bienestar de todos los habitantes de los Estados Unidos. La conducta del Sr. Trump es indigna de un candidato a la presidencia del país más poderoso del mundo.Condenamos esa actitud y esperamos que el pueblo estadounidense cese de tolerar sus absurdas posturas.
Héctor Abad Faciolince
Manuel Alcántara
Arturo Álvarez-Buylla
Homero Aridjis
Ariel Armory
Roger Bartra
Demián Bichir
Silvia Borzutzky
Carmen Boullosa
Martín Caparrós
Jorge Castañeda
Jennifer Clement
Junot Díaz
Ramón Díaz Alejandro
Jorge Duany
Jorge Edwards
Sebastián Edwards
Joaquín Estefanía
Julio Frenk
Francisco Goldman
Francisco González Crussí
Alejandro González Iñárritu
Teodoro González de León
Roberto González Echeverría
Miguel Henrique Otero
Enrique Krauze
Mario Lavista
Antonio Lazcano
Emmanuel Lubezki
Valeria Luiselli
Diego Luna
Nora Lustig
Carlos Malamud
David Mares
Ibsen Martínez
Óscar Martínez
Eduardo Matos Moctezuma
Carmelo Mesa-Lago
Verónica Montecinos
Antonio Muñoz Molina
Moisés Naím
Enrique Norten
Silvia Pedraza
Elena Poniatowska
Alejandro Portes
Luis Prados
Rodrigo Rey Rosa
Rafael Rojas
Vicente Rojo
Ranulfo Romo
Diego Sánchez-Ancochea
Antonio Santamaría García
Arturo Sarukhán
José Sarukhán
Fernando Savater
Javier Sicilia
Eduardo Silva
Guillermo Soberón Acevedo
Edward Telles
Mauricio Tenorio
Antonio Ugalde
Diego Valadés
Álvaro Vargas Llosa
Mario Vargas Llosa
Enrique Vila-Matas
Rolando Villazón
Juan Villoro
Gabriel Zaid
Responsables de la declaración: Carmelo Mesa-Lago y Enrique Krauze.
Historiador, ensayista y editor mexicano, director de Letras Libres y de Editorial Clío.