A finales de mayo, la muerte en Italia de Francesco, un niño de siete años cuyos padres se empeñaron en tratarle una otitis con homeopatĂa, puso de nueva cuenta a debate esta pseudociencia. DĂas despuĂ©s del deceso, el Corriere della Sera entrevistĂł a Christian Boiron, gerente general de Grupo Boiron, lĂder mundial en medicamentos homeopĂĄticos:
ÂżCuĂĄndo fue la Ășltima vez que tomĂł antibiĂłticos?
El año pasado, después de la extracción de una muela del juicio.
ÂżCuĂĄndo fue la Ășltimo vez que tomĂł una aspirina?
Esta mañana. La cardioaspirina la tomo diario.
Âż[A sus cinco hijos y siete nietos] nunca les dio antibiĂłticos?
Risas. Por supuesto, soy un farmacéutico. Y cada vez elijo el mejor cuidado para ellos, al igual que cualquier padre y abuelo.
Boiron âque en 2012 pagĂł 12 millones de dĂłlares para resolver varias demandas colectivas en Estados Unidos por anunciar falsos beneficios de sus remedios homeopĂĄticosâ afirma que la homeopatĂa funciona âpara ciertos sĂntomas no gravesâ y que âlo importante es elegir un buen mĂ©dico porque es su responsabilidad hacer el diagnĂłstico correcto y proporcionar la atenciĂłn mĂĄs apropiadaâ. A lo largo de la entrevista, Boiron enfatizĂł la importancia de la sinergia entre homeopatĂa y alopatĂa. Pero que el CEO de un emporio homeopĂĄtico transnacional con cuatro mil empleados y una facturaciĂłn anual de 610 millones de euros aceptara esto no pareciĂł hacer eco en algunos articulistas como Rosa Montero, que en su columna del 4 de junio nos preguntaba: âÂżNo les choca la repentina obsesiĂłn cientĂfica que le ha entrado a nuestra, en general, acientĂfica sociedad para denunciar la homeopatĂa?â.
En MĂ©xico esa âobsesiĂłnâ por denunciar la homeopatĂa no es ni repentina ni nueva. Reconocidas voces, entre las que destaca MartĂn Bonfil Olivera, quĂmico farmacĂ©utico biĂłlogo y divulgador de la ciencia, llevan años señalando que esta prĂĄctica carece de efectos terapĂ©uticos significativamente superiores al efecto placebo y que no existe evidencia cientĂfica que avale sus postulados.
Pero nuestro problema es que la homeopatĂa es una prĂĄctica avalada y legitimada por el Estado prĂĄcticamente desde 1893, cuando Porfirio DĂaz fundĂł el Hospital HomeopĂĄtico (hoy Hospital HomeopĂĄtico Nacional). Tres años despuĂ©s, con un decreto del 1 de enero de 1896, se creĂł la Escuela Nacional de Medicina HomeopĂĄtica, que desde 1936 estĂĄ incorporada al Instituto PolitĂ©cnico Nacional el cual, no lo olvidemos, recibe (igual que el Hospital HomeopĂĄtico) recursos pĂșblicos.
Entre los apapachos legales que ha recibido la homeopatĂa destaca que:
- Desde 1997 en la Ley General de Salud se reconoce la existencia de medicamentos homeopĂĄticos (artĂculo 224).
- En 1983 el Senado de la RepĂșblica ratificĂł la Farmacopea HomeopĂĄtica de los Estados Unidos Mexicanos (un documento instituido por la Ley y expedido por la secretarĂa de Salud que comprende los nombres, procedimientos, mĂ©todos y especificaciones para la identificaciĂłn, preparaciĂłn o anĂĄlisis de sustancias y productos homeopĂĄticos). ÂĄYa vamos en la tercera ediciĂłn actualizada (2015)!
- En 2012 el Congreso aprueba la inclusiĂłn del artĂculo 28 Bis a la Ley General de Salud, en el que se señala que entre los profesionales que podrĂĄn prescribir medicamentos se encuentran los mĂ©dicos, homeĂłpatas, cirujanos dentistas, mĂ©dicos veterinarios y licenciados en enfermerĂa, en sus ĂĄreas de competencia.
- El 8 de junio de 2015 se realizó la primera sesión del comité de Cuadro Båsico de Medicamentos Homeopåticos y el 11 de agosto del año pasado se publicó la primera actualización del Cuadro Båsico y Catålogo de Medicamentos Homeopåticos.
- Y acĂĄ puede verse la cantidad de hospitales homeopĂĄticos estatales que se han abierto en los estados.
De acuerdo con el gobierno de la RepĂșblica, la homeopatĂa se ha incorporado a los servicios de salud pĂșblica porque con ella se amplĂa el modelo de oferta de servicios y la cobertura de la poblaciĂłn, favoreciendo el derecho de los usuarios a la libre elecciĂłn, y se brinda una atenciĂłn integral especializada y personalizada, que favorece una adecuada relaciĂłn mĂ©dico-paciente y cuya implementaciĂłn es sencilla y de bajo costo. De evidencia cientĂfica y responsabilidad Ă©tica ni hablemos: lo que importa es que es barato.
CuĂĄnta falta nos hacen en MĂ©xico esos adalides de la pureza cientĂfica de lo que se quejaba Montero, pero mientras tengamos teniendo mĂĄs confianza en los horĂłscopos que en la ciencia, como revelĂł la Ășltima Encuesta sobre la PercepciĂłn PĂșblica de la Ciencia y la TecnologĂa (2015), habrĂĄ larga vida para los chochitos de azĂșcar y muchos posgraduados en homeopatĂa.
Es politĂłloga, periodista y editora. Todas las opiniones son a tĂtulo personal.