La elección de Salma Hayek para interpretar a Martha Beck, una asesina que de tan obesa no cupo en la silla eléctrica el día de su ejecución, podría parecer una de esas decisiones de Hollywood que lo echan todo a perder. Contra toda probabilidad, Amores asesinos, de Todd Robinson, es una digna versión cinematográfica del caso real de la pareja de asesinos que en los años cuarenta se hicieron pasar por hermanos y despojaron de sus fortunas a viudas y solteronas. Si las versiones anteriores “The Honeymoon Killers, de Leonard Castle, y Profundo Carmesí, de Arturo Ripstein” acentuaban los rasgos patéticos de la pareja, Amores asesinos corre el riesgo de embellecer a su protagonista haciendo más punzante su celopatía y crueldad. La estilizada dirección de arte no mengua la crudeza del relato. John Travolta y James Gandolfini complementan el buen reparto; el hallazgo, sin embargo, es Hayek en su papel más logrado hasta hoy. ~
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