IlustraciĆ³n: Letras Libres. Foto: Foto: Robert Couse-Baker / PxHere

La oposiciĆ³n esboza una propuesta para el sector cultural

Un documento de la coaliciĆ³n que reĆŗne a PAN, PRI y PRD plantea una lista de los problemas que aquejan a la cultura en MĆ©xico, asĆ­ como algunas de sus posibles soluciones.
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Cuando aĆŗn se llamaba Frente Amplio por MĆ©xico, la coaliciĆ³n opositora hoy llamada Fuerza y CorazĆ³n por MĆ©xico (FCM) elaborĆ³ el documento Hacia un programa de gobierno 2024-2030, coordinado por JosĆ© Ɓngel GurrĆ­a, y revisado y avalado por XĆ³chitl GĆ”lvez y los lĆ­deres del PAN, PRI y PRD. En la hechura participaron ā€œcientos de personasā€ de manera honoraria: ā€œex funcionarios, acadĆ©micos, polĆ­ticos, expertos y miembros de las organizaciones de la Sociedad Civil, que tienen en comĆŗn el hecho de ser reconocidos como grandes especialistas en sus respectivos temasā€.

Trece grupos de trabajo sesionaron hasta en tres ocasiones para compartir ā€œpropuestas de soluciĆ³n a los grandes problemas nacionalesā€. El documento se ampliarĆ” y afinarĆ” y servirĆ” de guĆ­a a GĆ”lvez y a los candidatos a puestos de elecciĆ³n popular. Salvo excepciones, en la mayorĆ­a de los grupos de trabajo la lista de los participantes es amplia y heterogĆ©nea, y a veces se menciona a un coordinador. GurrĆ­a destaca la colaboraciĆ³n de Luis Herrera-Lasso y Ana Karen Iniestra. Junto a ellos tres, en todas las mesas participaron Rodrigo LĆ³pez Luje, Francisco Montfort, Carlos Noriega Curtis, Eduardo Sadot y Margarita SĆ”nchez Gavito.

La Cultura figura como el cuatro tema, despuĆ©s de PolĆ­ticas Sociales, Mujeres y EducaciĆ³n, Ciencia y TecnologĆ­a. Les siguen Salud, Seguridad y ProcuraciĆ³n de Justicia, CorrupciĆ³n e Impunidad, Agricultura, GanaderĆ­a y Pesca, EconomĆ­a (Infraestructura, Vivienda, PYMES, Competencia y Turismo), Medio Ambiente, Agua y EnergĆ­a, Democracia y Estado de Derecho, Gobiernos de CoaliciĆ³n y Relaciones con el Exterior. En cada tema se puntualizan ā€œlĆ­neas de acciĆ³n prioritariasā€ y a continuaciĆ³n se hace Ć©nfasis en algunas de las ā€œlĆ­neasā€ como bloques temĆ”ticos.

ĀæEs un orden jerĆ”rquico? DifĆ­cil saberlo. Al menos se perciben segmentos: el social; el educativo y cultural; el econĆ³mico y el polĆ­tico, y las relaciones internacionales. El documento se apega a su tĆ­tulo: no es una propuesta de programa de gobierno, sino que apunta hacia allĆ”. AsĆ­ que cada tema es una lista de problemas, alternativas de soluciĆ³n y nuevas propuestas. En Cultura, solo se menciona como participante a Antonio Crestani, ā€œentre otrosā€.

Las lĆ­neas de acciĆ³n prioritarias de Cultura recuperan programas y lĆ­neas de trabajo descuidados o destruidos por la 4T. TambiĆ©n presta atenciĆ³n a demandas histĆ³ricas no atendidas y propone nuevos horizontes. A causa seguramente de la premura o de un exceso de buenas intenciones, figuran proyectos inviables, y no escasean las imprecisiones, las generalizaciones ni los lugares comunes propios de la Ć©poca.

Hay un inquietante Ć©nfasis en las culturas mesoamericanas y en las tradiciones y festividades indĆ­genas. Estos aspectos excluyen desde las culturas novohispanas ā€“en pluralā€“ hasta las expresiones del arte contemporĆ”neo. La Ćŗnica menciĆ³n a las tecnologĆ­as se reduce a su utilidad en la ā€œcomunicaciĆ³n culturalā€. El ā€œimpacto social de la culturaā€ reaparece como un criterio prioritario de valor, aunque de dudosa mediciĆ³n.

Al final, no acaban de atarse las cuentas de tantos abalorios sueltos.

Este esbozo de propuesta debe atenderse desde dos hipĆ³tesis. Una, que XĆ³chitl GĆ”lvez gane la presidencia de MĆ©xico. La otra, que no la gane, pero que las CĆ”maras alta y baja se conformen de tal manera que se evite la mayorĆ­a de Morena y sus aliados, de modo que las propuestas y algunas realistas buenas intenciones puedan encontrar espacio en el debate parlamentario, y las comisiones respectivas sean presididas por operadores polĆ­ticos eficaces.

Veamos las ā€œlĆ­neas de acciĆ³n prioritariasā€.

1. Para fines del sexenio, FCM aspira a que el 1% del Gasto PĆŗblico Programable se destine a la cultura. Una demanda ā€“y una promesaā€“ histĆ³rica. El prĆ³ximo aƱo, la 4T destinarĆ” sĆ³lo el 0.29%.

2. A manera de exhorto, se solicitarĆ­a a los gobiernos estatales y municipales que asuman a la cultura como ā€œsector prioritarioā€, con los cambios legales correspondientes, y la creaciĆ³n de ā€œapoyos fiscales para las industrias culturalesā€. En la situaciĆ³n actual y al menos a mediano plazo, no es viable. La polĆ­tica cultural estatal dependĆ­a en buena medida de los recursos de la FederaciĆ³n, que mutilĆ³ la 4T. Solo excepcionalmente a los gobernadores y presidentes municipales les importa el tema. La propia infraestructura estĆ” en deterioro o en desuso, lo que deberĆ­a llevar prioridad. Y lo central: ĀæcuĆ”ntas ā€œindustrias culturalesā€ hay en los estados y municipios y de quĆ© naturaleza?

3. ā€œReplantear la estructura administrativa del sector para ampliar su coberturaā€, dirigiĆ©ndola hacia las comunidades mĆ”s marginadas, ā€œespecialmente a las poblaciones indĆ­genasā€, en colaboraciĆ³n con ā€œotras institucionesā€ y ā€œla sociedad civilā€. De tal manera se darĆ­a una ā€œrespuesta mĆ”s eficaz a los grupos profesionales y los de carĆ”cter popular, urbano y ruralā€. El planteamiento es vasto y ambiguo. Una parte importante de ā€œesa estructura administrativaā€ enfrenta diferentes problemĆ”ticas, estĆ” rebasada en sus faenas, y acarrea dos problemĆ”ticas no resueltas: el sindicalismo cultural y los trabajadores por honorarios. De llevarse a cabo, esta lĆ­nea de acciĆ³n implicarĆ­a no solo reformas de estructura sino legales y de reasignaciones presupuestales. Nuevamente, no es realista ā€œampliar la coberturaā€ cuando estĆ” subutilizada la infraestructura existente. ĀæO es acaso una manera velada de plantear la reingenierĆ­a de la inconclusa SecretarĆ­a de Cultura?

4. Darle soluciĆ³n a la ā€œproblemĆ”tica laboral y de seguridad social que aqueja al sectorā€. No estĆ” a discusiĆ³n. Son dos cuestiones complementarias, aunque distintas. La seguridad social es la promesa anual de la actual titular de SecretarĆ­a de Cultura. La ā€œproblemĆ”tica laboralā€ supone encarar con lucidez y la consabida ā€œvoluntad polĆ­ticaā€, por primera vez en la historia de la polĆ­tica cultural de MĆ©xico, al sindicalismo cultural que asfixia la gestiĆ³n cultural de Estado, y la regularizaciĆ³n de los trabajadores por honorarios.

5. Un ā€œplanā€ que revierta el ā€œdeterioroā€ en el patrimonio ā€œartĆ­stico, histĆ³rico y paleontolĆ³gicoā€ y la ā€œinfraestructura culturalā€ por ā€œla falta de inversiĆ³nā€. Tampoco estĆ” a discusiĆ³n. Suponemos que el plan incluye tambiĆ©n al patrimonio arqueolĆ³gico, y su ausencia se deriva de una deficiencia en la redacciĆ³n. Tal como se ha insistido en otras ocasiones eso fue lo que Frausto prometiĆ³ y no cumpliĆ³. Ya ha habido muchos planes. Lo que se requiere es un inventario patrimonial, declaratorias, fondos y seguros estatales, y rescatar al FONDEN. Lo que se requiere es un plan integral.

6. ā€œLograr la transversalidad de las acciones culturales en todas las polĆ­ticas pĆŗblicasā€ a travĆ©s de una retahĆ­la de secretarĆ­as de Estado: ā€œEducaciĆ³n PĆŗblica, Turismo, Relaciones Exteriores, Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Medio Ambiente y Recursos Naturales; EconomĆ­a, Salud, Comunicaciones y Hacienda y CrĆ©dito PĆŗblicoā€. Esta ā€œlĆ­nea de acciĆ³n prioritariaā€ es retĆ³rica y hueca. Ni siquiera suena bien en el papel. Parecieran desconocerse los vericuetos que implican hacer un trĆ”mite, digamos, ante el INAH, o las gestiones para la contrataciĆ³n de un capĆ­tulo 2000. Tan solo en la propia SecretarĆ­a de Cultura, la ā€œtransversalidadā€ pareciera un desafĆ­o insalvable, que tomarĆ­a sexenios, o una reforma administrativa de fondo. Los ocasionales ā€œacuerdos intersecretarialesā€ no son ā€œtransversalidadā€, sino parches a dinĆ”micas administrativas disfuncionales.

7. ā€œDotar de mayor impulso a la educaciĆ³n y la investigaciĆ³n artĆ­stica y culturalā€ es tambiĆ©n indiscutible. El reto son los planes de estudio y la deserciĆ³n, por la falta de mercado de trabajo. No sirve de mucho que haya egresados que no se desarrollarĆ”n en sus profesiones artĆ­sticas, ni investigadores que no encontrarĆ”n puestos de trabajo, editoriales que publiquen sus obras, lectores que las lean, crĆ­tica especializada.

8. ā€œReforzar el trabajo de cuerpos colegiados para la evaluaciĆ³n de proyectos y distribuciĆ³n de apoyosā€. En algunos casos existen ā€“INAHā€“, en otros su capacidad ha sido puesto en duda ā€“ex FONCAā€“, en otros mĆ”s los apoyos dependen de la decisiĆ³n de los directores ā€“INBALā€“. Y en general, suele haber sospechas acerca de las decisiones debido a que no se transparentan adecuadamente los conflictos de interĆ©s. Es una propuesta que contribuye a la salud del servicio pĆŗblico cultural.

9. Una ā€œestrategia de comunicaciĆ³n cultural a travĆ©s de los medios tradicionales y de las nuevas tecnologĆ­asā€, con el presupuesto necesario, para que sea de ā€œescala nacional e internacionalā€ Con la excepciĆ³n del actual, en los sexenios mĆ”s recientes no han faltado esas estrategias. Suponemos que se busca aumentar la asistencia a eventos y el consumo cultural en general, aunque la redacciĆ³n no plantea los objetivos con claridad. No se sabe si lo que se busca es ā€œinformarā€, a ā€œescala nacional e internacionalā€, que se llevarĆ” a cabo una actividad en Palacio de Bellas Artes, ChichĆ©n ItzĆ” o el Centro Cultural Tijuana, o mĆ”s bien ā€œtrasmitirlaā€. Se menciona a los medios ā€œtradicionalesā€ ā€“Āæprensa, radio, tv pĆŗblica o privada? ā€“ aunque no se puntualiza acerca de los medios culturales de Estado, Āæporque se da por sobreentendido o por su baja penetraciĆ³n?

10. Fuerza y CorazĆ³n por MĆ©xico propone la colaboraciĆ³n con instituciones de educaciĆ³n superior para la formaciĆ³n de especialistas en gestiĆ³n cultural. Ese corpus de programas en distintas instituciones ya existe. Lo importante es desaparecer la brecha entre la formaciĆ³n estrictamente acadĆ©mica y la prĆ”ctica de la gestiĆ³n. Un aspecto crucial es facilitar al amplio sector de gestores culturales el reconocimiento acadĆ©mico por la vĆ­a de su experiencia profesional. Es sabido que las instituciones acadĆ©micas han acrecentado infundadas restricciones al respecto, pues asĆ­ defienden y amplĆ­an cotos de poder, sin que haya una verificable aportaciĆ³n. El documento sugiere tambiĆ©n la colaboraciĆ³n en torno a especialidades ā€œen conservaciĆ³n de los patrimonios intangibles (gastronĆ³micos, artesanales, escĆ©nicos, dancĆ­sticos, de usos y costumbres, etc.), simbĆ³licos, artĆ­sticos, histĆ³ricos, arqueolĆ³gicos, paleontolĆ³gicos y subacuĆ”ticosā€. Diferentes dependencias de la SecretarĆ­a de Cultura ya se ocupan de ello. MĆ”s bien lo que se requiere, segĆŗn cada caso, es una reforma o actualizaciĆ³n de esos estudios, un aumento importante en el presupuesto, y el aumento salarial y la regularizaciĆ³n laboral del plantel docente. Durante la administraciĆ³n actual no ha habido ningĆŗn avance. Por el contrario, el retroceso es de lamentarse.

11. El documento propone la promulgaciĆ³n de una Ley de Mecenazgo Cultural destinada a las ā€œdonaciones y la inversiĆ³n en la infraestructura en el mundo de la culturaā€. Para empezar, hay varias iniciativas de ley de distinta Ć­ndole que dan tumbos en las CĆ”maras alta y baja. A la hora de legislar, las comisiones de cultura son deficientes, no han mostrado capacidad para un anĆ”lisis profesional de las propuestas, que acaban manoseĆ”ndolas para empeorarlas. El mitote en torno a la nueva Ley de CinematografĆ­a es una muestra, aunque no la Ćŗnica. Y, al final de cuentas, los partidos polĆ­ticos tienen otras prioridades y no les brindan la atenciĆ³n debida, a menos que, como ha sucedido en el sexenio, se trate de una propuesta del ejecutivo que aprueban sin conocimiento de causa Morena y aliados. Si por descuido llegan a legislar, las leyes no se aplican, pues no cuentan con los instrumentos adecuados, ni se adecuan a la realidad. Por otra parte, desde los aƱos 90 se han creado distintos mecanismos de donaciones y apoyos deducibles de impuestos que han probado su eficacia. El paso previo a una ley, en consecuencia, es establecer, en la propuesta de Programa de Cultura 2024-2030, un Programa de Mecenazgo Cultural, como parte de los antes llamados ā€œprogramas sustantivosā€, que comience a articularlos en la prĆ”ctica, identificar nuevas Ć”reas que pueden y deben beneficiarse y, a largo plazo, entonces sĆ­ considerar la posibilidad de una ley. De abajo hacia arriba, pues.

12. Esta lĆ­nea de acciĆ³n estratĆ©gica propone ā€œconductos de comercializaciĆ³n para los artesanos (ā€¦) las fiestas patronales y costumbres prehispĆ”nicas que son fuertes atractivos turĆ­sticos, ventanas a la proliferaciĆ³n cultural y, sobre todo, a la cohesiĆ³n socialā€. Lo primero es prioritario, sin los simulacros del programa Original, uno de los fracasos de la actual gestiĆ³n, que ofrece capacitaciĆ³n en lĆ­nea aunque la mayorĆ­a de los artesanos no cuenten con internet, y mantiene bajo reserva la informaciĆ³n relativa al impacto econĆ³mico real. Lo segundo retoma la apuesta por el turismo cultural. Las experiencias previas, que se remontan al sexenio de Vicente Fox con la creaciĆ³n de la CoordinaciĆ³n de Patrimonio Cultural, Desarrollo y Turismo, son valiosas y es imperativo que sean tomadas en cuenta.

13. ā€œRenovar el programa de indicadores de la actividad cultural y promover el estudio estadĆ­stico de la incidencia de la cultura en el desarrollo sostenibleā€ es una propuesta extraƱa. Hay una amplia variedad de indicadores culturales en MĆ©xico, que se han desarrollado en las Ćŗltimas dĆ©cadas, tanto por parte del Estado como de instancias acadĆ©micas, organizaciones civiles y grupos de expertos. Por tanto, no hay un solo ā€œprograma de indicadores de la actividad culturalā€ que deba ser ā€œrenovadoā€ como tal. Existe, es cierto, el Sistema de InformaciĆ³n Cultural de MĆ©xico, SIC MĆ©xico, aunque no se orienta necesariamente al ā€œestudio estadĆ­stico de la incidencia de la cultura en el desarrollo sustentableā€. En todo caso, mĆ”s que ā€œrenovarā€ serĆ­a ā€œcrearā€ ese ā€œprogramaā€. ĀæHace falta? Un repositorio digital que integre a lo realizado por el Estado y distintas instancias es una buena soluciĆ³n.

14. ā€œBrindar un decidido impulso a la presencia de la cultura de MĆ©xico en el mundo.ā€ Nadie se opone a que la diplomacia cultural recupere su dignidad, luego de dos sexenios perdidos.

Hacia un Programa de Gobierno 2024-2030 dedica apartados especiales a la ā€œPolĆ­tica Cultural de Estadoā€, la ā€œTransversalidad del Proyecto Culturalā€, la ā€œMediciĆ³n de las PolĆ­ticas Culturalesā€, el ā€œPresupuesto y EstĆ­mulos Fiscalesā€ y ā€œMĆ©xico en el Mundoā€, temas incluidos dentro de las 14 lĆ­neas de acciĆ³n prioritarias. En general, se repiten planteamientos de uso corriente, lo cual no les resta mĆ©rito, pero los vuelve redundantes y revela que en FCM, a diferencia de otros temas, la reflexiĆ³n a fondo de la cultura estĆ” pendiente.

En ā€œPolĆ­tica Cultural de Estadoā€ se repite lo planteado desde el sexenio de Enrique PeƱa Nieto: la cultura orientada a la recomposiciĆ³n del tejido social. Vamos para dos sexenios, y no hay logros. ĀæSe le pide de mĆ”s a la cultura?ĀæSabemos sus lĆ­mites y alcances? ĀæLa polĆ­tica no ha sido la adecuada? ĀæCuĆ”l es un plazo razonable para advertir resultados? ĀæEse esfuerzo no tiene futuro si no implica avances en la seguridad y el desarrollo social? Estos y otros Ć”ngulos deben someterse a examen.

De no ser asĆ­, la ā€œrecomposiciĆ³n del tejido social a travĆ©s de la culturaā€ se convierte en una muletilla retĆ³rica. Tal vez por ello en este apartado proliferan las frases rimbombantes: la ā€œresponsabilidad polĆ­tica y moralā€ del Estado para ā€œfortalecer la paz y la libertad a travĆ©s de la educaciĆ³n y la culturaā€. La cultura es el ā€œconocimiento de la grandeza pluriĆ©tnica y multicultural de MĆ©xicoā€.  Lo que nos ubica en un lugar privilegiado en un mundo globalizadoā€, ā€œla conciencia de nosotros mismosā€, ā€œlo que hemos sido, lo que somos, y lo que aspiramos serā€, ā€œel sano orgullo nacional entre todos los mexicanosā€.

Hay aĆŗn mĆ”s confusiĆ³n acerca de la ā€œTransversalidad del Proyecto Culturalā€. El apartado mezcla problemĆ”ticas, repite propuestas, recae en frases inconexas donde se dice todo y nada. Vuelve a hablarse de la ā€œrecomposiciĆ³n del tejido social ā€“mĆ”s ā€œla reconciliaciĆ³n nacional ā€ā€“ y ā€œel derecho del acceso universal a la culturaā€, que existe desde 2019, junto a la ā€œdescentralizaciĆ³nā€ y, otra vez, el ā€œdesarrollo sustentableā€. La ā€œtransversalidadā€ no es sino una moda acadĆ©mica que infectĆ³ a la polĆ­tica y gestiĆ³n cultural, aunque carezca de contacto alguno con la realidad. Tan es asĆ­ que solo una oraciĆ³n la menciona: ā€œEl plan cultural debe insertarse en un plan general con transversalidad de polĆ­ticas pĆŗblicas, con Ć©nfasis a los niƱos y jĆ³venes en riesgoā€.

En una reflexiĆ³n aparte, que retoma y amplia la lĆ­nea de acciĆ³n prioritaria 9, el documento plantea que los ā€œmediosā€ ā€“deben ser ā€œportadores de conocimiento por excelenciaā€, y su programaciĆ³n debe ā€œeducar, informar y al mismo tiempo entretenerā€. No se puede estar en desacuerdo, pero tampoco se dice nada en concreto. No olvidemos que, a manera de ejemplo, el 27 de enero de 2019 en Mocorito, Sinaloa, durante el anuncio de la Estrategia Nacional de Lectura del gobierno de AMLO, se anticipĆ³ como uno de los tres ejes la difusiĆ³n a travĆ©s de los medios masivos, que estarĆ­a a cargo del vocero JesĆŗs RamĆ­rez. Nada sucediĆ³.

En la ā€œMediciĆ³n de las PolĆ­ticas Culturalesā€ y de acuerdo con FCM, ā€œningĆŗn proyecto puede ser evaluado sin una adecuada mediciĆ³n de impacto socialā€ y, por ende, se requieren los indicadores idĆ³neos que definan la polĆ­tica cultural nacional. Eso serĆ­a la base para el ā€œaumento del gasto programable y el rediseƱo de los mecanismos que potencien los recursos pĆŗblicos, sociales y privadosā€. Esta es una aƱeja discusiĆ³n. ĀæLa poesĆ­a, el teatro, la mĆŗsica clĆ”sica, la danza contemporĆ”nea, entre otras disciplinas, quedarĆ”n sujetas a su ā€œimpacto socialā€?. Pareciera una discusiĆ³n tan inĆŗtil como leer por ā€œcompromisoā€ o leer por ā€œplacerā€.

Este planteamiento se remonta tambiĆ©n al sexenio de Vicente Fox. Es decir, llevamos cuatro sexenios y no sabemos cĆ³mo se mide ese ā€œimpactoā€ y si en verdad es un criterio que aplique a las artes. Lo que se ha hecho es establecer una suerte de ā€œretribuciĆ³n socialā€ por parte de los artistas beneficiados con los apoyos del ex FONCA y hoy Sistema de Apoyos a la CreaciĆ³n y Proyectos Culturales. Esa sĆ­ serĆ­a una ā€œmediciĆ³n del impacto social pendienteā€, para precisar si ha sido Ćŗtil o tan solo ha burocratizado mĆ”s el apoyo a la creaciĆ³n. ĀæA un beneficiado de un apoyo en el campo de la fĆ­sica se le pide una retribuciĆ³n social semejante? No, naturalmente. El mĆ©rito basta y sobra.

No obstante, FCM muestra cierta obcecaciĆ³n al respecto. ā€œEl Estadoā€, apunta, ā€œdebe ser garante del desarrollo de proyectos para que el sector productivo de la cultura se formalice.ā€ Eso estarĆ­a bien, si estuviera hablĆ”ndose de las ā€œindustrias culturalesā€, que no son mencionadas en ninguna parte del apartado. El planteamiento inmediato siguiente condicionarĆ­a los apoyos a criterios expuestos con poca claridad: ā€œHay que reconocer que durante muchos aƱos se dieron las ayudas directas sin prĆ”cticamente nada a cambio. En el momento en que el esquema cambia hacia la formalizaciĆ³n, deja de ser un gasto para convertirse en una inversiĆ³nā€.

Al menos, lo que FCM venturosamente buscarĆ­a es ā€œrediseƱar y reactivarā€ fondos y fideicomisos destinados a la cultura, educaciĆ³n, ciencia y tecnologĆ­a. Sabemos que los aboliĆ³ el ejecutivo actual, por una supuesta corrupciĆ³n que no probĆ³ su policĆ­a hacendaria. El caso mĆ”s lastimoso fue la aboliciĆ³n en los hechos del Programa de Apoyo a la TraducciĆ³n, Protrad, a consecuencia de un convenio entre las secretarĆ­as de Hacienda y la FunciĆ³n PĆŗblica, que cancelĆ³ la posibilidad de que un recurso federal pudiera ser asignado a una editorial extranjera interesada en publicar a un autor mexicano en otro idioma, lo que orillĆ³ al programa a proponer un inviable esquema de ā€œreciprocidadā€. La convocatoria, claro, fue declarada desierta. Llevaba dos dĆ©cadas y sus resultados eran palpables.

La coaliciĆ³n aspira asimismo a ampliar los apoyos a los fondos y fideicomisos a travĆ©s de ā€œfondos privados, internacionales, de organizaciones sociales y recursos de los tres Ć³rdenes de gobiernoā€. Ante los ingentes problemas nacionales, tal vez los ā€œrecursos de los tres Ć³rdenes de gobiernoā€ no pasen de ser un noble deseo. Veremos tambiĆ©n a quĆ© se refieren en realidad los ā€œfondos privados, internacionales, de organizaciones socialesā€, una propuesta bien intencionada mĆ”s, que deberĆ” comprobarse. Las fundaciones culturales de los consorcios mexicanos tienen agendas claras a las cuales se apegan, y estĆ”n en su derecho. Mientras que las organizaciones sociales, como se sabe, enfrentan serios problemas de financiamiento. Nuevamente, pareciera imperar la inexperiencia, la falta de realismo y la ingenuidad.

El rubro ā€œPresupuesto y EstĆ­mulos Fiscalesā€ arranca con un buen diagnĆ³stico:

El sector cultura debe ser financiado como inversiĆ³n y no como gasto. Actualmente, todas las instituciones que integran la SecretarĆ­a de Cultura han visto mermada su capacidad de operaciĆ³n y disminuidos sus presupuestos. No hay apoyos suficientes para los investigadores, los creadores, los festivales, muestras de arte, ferias, etc. Actualmente, las instituciones culturales que tienen a su cargo los teatros, museos y salas de cine no pueden ejercer su plena vocaciĆ³n. Muchas veces, los recintos culturales dejan de lado su programaciĆ³n sustantiva.

Invita asĆ­ a ā€œpersonas, empresas, fundaciones y organismos de la sociedad civil en el campo cultural para lograr una mayor corresponsabilidad en la conservaciĆ³n y acrecentamiento de los bienes y servicios culturalesā€. De nuevo, la larga lista de invitados para que sean partĆ­cipes corresponsables. La ā€œLey de Mecenazgo Culturalā€, como se mencionĆ³ arriba, serĆ­a la vĆ­a. AƱadamos: si gana Morena y aliados, ĀæretomarĆ” la propuesta o mĆ”s bien, basĆ”ndonos en su sabido encono contra los fideicomisos, la desecharĆ”?

ā€œMĆ©xico en el Mundoā€ cierra el pentĆ”gono cultural de Hacia un Programa de Gobierno 2024-2030. A pesar de que JosĆ© Ɓngel GurrĆ­a, el coordinador del documento, fue secretario de Relaciones Exteriores de 1994 a 1997, en este punto en ningĆŗn momento se hace menciĆ³n a la SRE. Tan solo se indica que es necesario que MĆ©xico ā€œrecupere el liderazgo cultural en el mundo por el que se ha distinguidoā€, planteamiento un tanto jactancioso. La presencia de MĆ©xico, siendo justos, ha sido relevante, pero, como bien apunta el documento, se ā€œha desdibujado por la falta de interĆ©s y de inversiĆ³n por parte del actual gobiernoā€.

No hay referencia alguna a la estrategia que debe seguirse con la infraestructura existente para la difusiĆ³n de MĆ©xico en el exterior: las casas y los institutos de cultura pulverizados por la 4T; las sedes de la UNAM, muchas de las cuales no son mĆ”s que aulas para conferencias, proyecciones de pelĆ­culas y exposiciones de mĆ­nima envergadura; y las filiales del FCE, varias en quiebra tĆ©cnica, algunas rescatables. Y lo principal: la designaciĆ³n de gestores culturales capaces y la formaciĆ³n del relevo generacional, a partir de la experiencia de quienes han abierto brecha y no de las, insistamos, ocurrencias acadĆ©micas. Nada de eso se apunta.

El apartado se ocupa tan solo de los reconocimientos internacionales a la industria del cine y conmina a aumentar la producciĆ³n en esa Ć”rea, lo cual no es un problema en realidad, como sĆ­ lo es su difusiĆ³n y comercializaciĆ³n, tanto en MĆ©xico como en el exterior. La estrategia de IMCINE para la venta de derechos de las pelĆ­culas mexicanas en los festivales internacionales debe mejorarse, aunque tambiĆ©n es cierto que son los propios festivales los que deciden a travĆ©s de sus comitĆ©s cuĆ”les pelĆ­culas formarĆ”n parte de su programaciĆ³n, y los distribuidores y comercializadores de cada paĆ­s quienes toman la decisiĆ³n final. AsĆ­ las cosas, ni en MĆ©xico ni en el exterior, salvo los cineastas que han abierto su propia senda, el cine mexicano es de interĆ©s. Este es el desafĆ­o, no el aumento en la producciĆ³n, condenada a permanecer enlatada. AĆŗn estĆ” por verse el tamaƱo de la asistencia a las nuevas salas de cine del CENART y a los 34 teatros del IMSS en 23 estados.

Tampoco se hace referencia a unos de los aspectos centrales de la presencia de MĆ©xico en el mundo: las magnas exposiciones que distinguieron a nuestro paĆ­s y que borrĆ³ la 4T, que ni siquiera se ocupĆ³ de promover en el exterior La grandeza de MĆ©xico, deficiente muestra por contraste con otras que le precedieron y de excelsa calidad, tales como la ExposiciĆ³n de Arte Mexicano Antiguo y Moderno en el Museo Nacional de Arte Moderno de ParĆ­s de 1952, la primera de tal naturaleza en Europa, bajo la tutela de Federico Gamboa, o como Esplendores de 30 siglos, de 1992, en el Museo Metropolitano de Nueva York, el Museo de Arte de San Antonio, el Country Museum of Art de Los Ɓngeles, el Colegio de San Idelfonso y el Museo de Arte ContemporĆ”neo de Monterrey, MARCO.

Una vez mĆ”s, como ha sucedido con gobiernos del PRI, PAN y Morena, FCM no llama la atenciĆ³n sobre la dramĆ”tica carencia histĆ³rica de MĆ©xico de un conjunto de orquestas y de compaƱƭas dedicadas a las diferentes disciplinas escĆ©nicas para que representen a MĆ©xico tanto dentro del paĆ­s como en el extranjero. La deuda que arrastra el INBAL desde su creaciĆ³n en 1946 sigue sin saldarse. La Ćŗnica compaƱƭa con presencia internacional, dedicada de la danza folclĆ³rica, es el Ballet FolclĆ³rico de MĆ©xico Amalia HernĆ”ndez, creado en 1952 y cuya presencia internacional es constatable.

ā€œMĆ©xico en el Mundoā€ hace un extraƱo planteamiento y no deja claro a quĆ© se refiere en realidad. ā€œEl desinterĆ©s y la falta de apoyo a la cultura ha derivado en una importante fuga de talentos. Muchos mexicanos se han visto obligados a generar cultura o a estudiar la cultura desde el extranjero. Expertos en distintas disciplinas han encontrado mayor interĆ©s en su quehacer en otros lugares del orbe que en MĆ©xicoā€. ĀæSe referirĆ” a los cantantes de Ć³pera, cineastas, artistas visuales, primas ballerinas y primos ballerinos mexicanos, o investigadores de cultura que han expandido sus carreras en el exterior?

En buena medida, los nombres que vienen a la mente primero fueron reconocidos en MĆ©xico y en consecuencia se desplazaron el extranjero. Alejandro GonzĆ”lez IƱƔrritu, Guillermo del Toro, Carlos Carrera, Elisa Carrillo Cabrera, Gabriel Orozco, Rafael Lozano-Hemmer, Javier Camarena, RamĆ³n Vargas y muchos mĆ”s triunfaron en el paĆ­s. No es improbable que la escena cultural de MĆ©xico les haya quedado estrecha y tuvieran que emigrar, aunque tampoco puede negarse que MĆ©xico es a la vez un destino que buscan artistas del extranjero para su crecimiento profesional. La aseveraciĆ³n, pues, resulta un tanto cuanto categĆ³rica.

El apartado no aborda, pues, lo central y cierra otra vez con una declaratoria de buenas intenciones:

La tolerancia y la libertad deben siempre prevalecer para que las comunidades, los artistas e intelectuales expongan sus ideas sin ningĆŗn tipo de obstĆ”culo o represalia. La vida cultural debe ser el nĆŗcleo de valores democrĆ”ticos a partir del absoluto respeto a las diferencias. La cultura, indudablemente, juega un papel en la construcciĆ³n de la paz y de una ciudadanĆ­a responsable.

Un listado de 14 temas y cinco bloques temƔticos.

Veremos quƩ pasa. ~

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Es autor del libro digital 80 aƱos: las batallas culturales del Fondo (MĆ©xico, Nieve de Chamoy, 2014), de PolĆ­tica cultural, ĀæquĆ© hacer? (MĆ©xico, Raya en el Agua, 2001, y de La palabra dicha. Entrevistas con escritores mexicanos (Conaculta, 2000), entre otros. Ha sido agregado cultural en las embajadas de MĆ©xico en la RepĆŗblica Checa y PerĆŗ y en el Consulado General de MĆ©xico en Toronto.


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