I
Cuando aĆŗn se llamaba Frente Amplio por MĆ©xico, la coaliciĆ³n opositora hoy llamada Fuerza y CorazĆ³n por MĆ©xico (FCM) elaborĆ³ el documento Hacia un programa de gobierno 2024-2030, coordinado por JosĆ© Ćngel GurrĆa, y revisado y avalado por XĆ³chitl GĆ”lvez y los lĆderes del PAN, PRI y PRD. En la hechura participaron ācientos de personasā de manera honoraria: āex funcionarios, acadĆ©micos, polĆticos, expertos y miembros de las organizaciones de la Sociedad Civil, que tienen en comĆŗn el hecho de ser reconocidos como grandes especialistas en sus respectivos temasā.
Trece grupos de trabajo sesionaron hasta en tres ocasiones para compartir āpropuestas de soluciĆ³n a los grandes problemas nacionalesā. El documento se ampliarĆ” y afinarĆ” y servirĆ” de guĆa a GĆ”lvez y a los candidatos a puestos de elecciĆ³n popular. Salvo excepciones, en la mayorĆa de los grupos de trabajo la lista de los participantes es amplia y heterogĆ©nea, y a veces se menciona a un coordinador. GurrĆa destaca la colaboraciĆ³n de Luis Herrera-Lasso y Ana Karen Iniestra. Junto a ellos tres, en todas las mesas participaron Rodrigo LĆ³pez Luje, Francisco Montfort, Carlos Noriega Curtis, Eduardo Sadot y Margarita SĆ”nchez Gavito.
La Cultura figura como el cuatro tema, despuĆ©s de PolĆticas Sociales, Mujeres y EducaciĆ³n, Ciencia y TecnologĆa. Les siguen Salud, Seguridad y ProcuraciĆ³n de Justicia, CorrupciĆ³n e Impunidad, Agricultura, GanaderĆa y Pesca, EconomĆa (Infraestructura, Vivienda, PYMES, Competencia y Turismo), Medio Ambiente, Agua y EnergĆa, Democracia y Estado de Derecho, Gobiernos de CoaliciĆ³n y Relaciones con el Exterior. En cada tema se puntualizan ālĆneas de acciĆ³n prioritariasā y a continuaciĆ³n se hace Ć©nfasis en algunas de las ālĆneasā como bloques temĆ”ticos.
ĀæEs un orden jerĆ”rquico? DifĆcil saberlo. Al menos se perciben segmentos: el social; el educativo y cultural; el econĆ³mico y el polĆtico, y las relaciones internacionales. El documento se apega a su tĆtulo: no es una propuesta de programa de gobierno, sino que apunta hacia allĆ”. AsĆ que cada tema es una lista de problemas, alternativas de soluciĆ³n y nuevas propuestas. En Cultura, solo se menciona como participante a Antonio Crestani, āentre otrosā.
II
Las lĆneas de acciĆ³n prioritarias de Cultura recuperan programas y lĆneas de trabajo descuidados o destruidos por la 4T. TambiĆ©n presta atenciĆ³n a demandas histĆ³ricas no atendidas y propone nuevos horizontes. A causa seguramente de la premura o de un exceso de buenas intenciones, figuran proyectos inviables, y no escasean las imprecisiones, las generalizaciones ni los lugares comunes propios de la Ć©poca.
Hay un inquietante Ć©nfasis en las culturas mesoamericanas y en las tradiciones y festividades indĆgenas. Estos aspectos excluyen desde las culturas novohispanas āen pluralā hasta las expresiones del arte contemporĆ”neo. La Ćŗnica menciĆ³n a las tecnologĆas se reduce a su utilidad en la ācomunicaciĆ³n culturalā. El āimpacto social de la culturaā reaparece como un criterio prioritario de valor, aunque de dudosa mediciĆ³n.
Al final, no acaban de atarse las cuentas de tantos abalorios sueltos.
Este esbozo de propuesta debe atenderse desde dos hipĆ³tesis. Una, que XĆ³chitl GĆ”lvez gane la presidencia de MĆ©xico. La otra, que no la gane, pero que las CĆ”maras alta y baja se conformen de tal manera que se evite la mayorĆa de Morena y sus aliados, de modo que las propuestas y algunas realistas buenas intenciones puedan encontrar espacio en el debate parlamentario, y las comisiones respectivas sean presididas por operadores polĆticos eficaces.
III
Veamos las ālĆneas de acciĆ³n prioritariasā.
1. Para fines del sexenio, FCM aspira a que el 1% del Gasto PĆŗblico Programable se destine a la cultura. Una demanda āy una promesaā histĆ³rica. El prĆ³ximo aƱo, la 4T destinarĆ” sĆ³lo el 0.29%.
2. A manera de exhorto, se solicitarĆa a los gobiernos estatales y municipales que asuman a la cultura como āsector prioritarioā, con los cambios legales correspondientes, y la creaciĆ³n de āapoyos fiscales para las industrias culturalesā. En la situaciĆ³n actual y al menos a mediano plazo, no es viable. La polĆtica cultural estatal dependĆa en buena medida de los recursos de la FederaciĆ³n, que mutilĆ³ la 4T. Solo excepcionalmente a los gobernadores y presidentes municipales les importa el tema. La propia infraestructura estĆ” en deterioro o en desuso, lo que deberĆa llevar prioridad. Y lo central: ĀæcuĆ”ntas āindustrias culturalesā hay en los estados y municipios y de quĆ© naturaleza?
3. āReplantear la estructura administrativa del sector para ampliar su coberturaā, dirigiĆ©ndola hacia las comunidades mĆ”s marginadas, āespecialmente a las poblaciones indĆgenasā, en colaboraciĆ³n con āotras institucionesā y āla sociedad civilā. De tal manera se darĆa una ārespuesta mĆ”s eficaz a los grupos profesionales y los de carĆ”cter popular, urbano y ruralā. El planteamiento es vasto y ambiguo. Una parte importante de āesa estructura administrativaā enfrenta diferentes problemĆ”ticas, estĆ” rebasada en sus faenas, y acarrea dos problemĆ”ticas no resueltas: el sindicalismo cultural y los trabajadores por honorarios. De llevarse a cabo, esta lĆnea de acciĆ³n implicarĆa no solo reformas de estructura sino legales y de reasignaciones presupuestales. Nuevamente, no es realista āampliar la coberturaā cuando estĆ” subutilizada la infraestructura existente. ĀæO es acaso una manera velada de plantear la reingenierĆa de la inconclusa SecretarĆa de Cultura?
4. Darle soluciĆ³n a la āproblemĆ”tica laboral y de seguridad social que aqueja al sectorā. No estĆ” a discusiĆ³n. Son dos cuestiones complementarias, aunque distintas. La seguridad social es la promesa anual de la actual titular de SecretarĆa de Cultura. La āproblemĆ”tica laboralā supone encarar con lucidez y la consabida āvoluntad polĆticaā, por primera vez en la historia de la polĆtica cultural de MĆ©xico, al sindicalismo cultural que asfixia la gestiĆ³n cultural de Estado, y la regularizaciĆ³n de los trabajadores por honorarios.
5. Un āplanā que revierta el ādeterioroā en el patrimonio āartĆstico, histĆ³rico y paleontolĆ³gicoā y la āinfraestructura culturalā por āla falta de inversiĆ³nā. Tampoco estĆ” a discusiĆ³n. Suponemos que el plan incluye tambiĆ©n al patrimonio arqueolĆ³gico, y su ausencia se deriva de una deficiencia en la redacciĆ³n. Tal como se ha insistido en otras ocasiones eso fue lo que Frausto prometiĆ³ y no cumpliĆ³. Ya ha habido muchos planes. Lo que se requiere es un inventario patrimonial, declaratorias, fondos y seguros estatales, y rescatar al FONDEN. Lo que se requiere es un plan integral.
6. āLograr la transversalidad de las acciones culturales en todas las polĆticas pĆŗblicasā a travĆ©s de una retahĆla de secretarĆas de Estado: āEducaciĆ³n PĆŗblica, Turismo, Relaciones Exteriores, Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Medio Ambiente y Recursos Naturales; EconomĆa, Salud, Comunicaciones y Hacienda y CrĆ©dito PĆŗblicoā. Esta ālĆnea de acciĆ³n prioritariaā es retĆ³rica y hueca. Ni siquiera suena bien en el papel. Parecieran desconocerse los vericuetos que implican hacer un trĆ”mite, digamos, ante el INAH, o las gestiones para la contrataciĆ³n de un capĆtulo 2000. Tan solo en la propia SecretarĆa de Cultura, la ātransversalidadā pareciera un desafĆo insalvable, que tomarĆa sexenios, o una reforma administrativa de fondo. Los ocasionales āacuerdos intersecretarialesā no son ātransversalidadā, sino parches a dinĆ”micas administrativas disfuncionales.
7. āDotar de mayor impulso a la educaciĆ³n y la investigaciĆ³n artĆstica y culturalā es tambiĆ©n indiscutible. El reto son los planes de estudio y la deserciĆ³n, por la falta de mercado de trabajo. No sirve de mucho que haya egresados que no se desarrollarĆ”n en sus profesiones artĆsticas, ni investigadores que no encontrarĆ”n puestos de trabajo, editoriales que publiquen sus obras, lectores que las lean, crĆtica especializada.
8. āReforzar el trabajo de cuerpos colegiados para la evaluaciĆ³n de proyectos y distribuciĆ³n de apoyosā. En algunos casos existen āINAHā, en otros su capacidad ha sido puesto en duda āex FONCAā, en otros mĆ”s los apoyos dependen de la decisiĆ³n de los directores āINBALā. Y en general, suele haber sospechas acerca de las decisiones debido a que no se transparentan adecuadamente los conflictos de interĆ©s. Es una propuesta que contribuye a la salud del servicio pĆŗblico cultural.
9. Una āestrategia de comunicaciĆ³n cultural a travĆ©s de los medios tradicionales y de las nuevas tecnologĆasā, con el presupuesto necesario, para que sea de āescala nacional e internacionalā Con la excepciĆ³n del actual, en los sexenios mĆ”s recientes no han faltado esas estrategias. Suponemos que se busca aumentar la asistencia a eventos y el consumo cultural en general, aunque la redacciĆ³n no plantea los objetivos con claridad. No se sabe si lo que se busca es āinformarā, a āescala nacional e internacionalā, que se llevarĆ” a cabo una actividad en Palacio de Bellas Artes, ChichĆ©n ItzĆ” o el Centro Cultural Tijuana, o mĆ”s bien ātrasmitirlaā. Se menciona a los medios ātradicionalesā āĀæprensa, radio, tv pĆŗblica o privada? ā aunque no se puntualiza acerca de los medios culturales de Estado, Āæporque se da por sobreentendido o por su baja penetraciĆ³n?
10. Fuerza y CorazĆ³n por MĆ©xico propone la colaboraciĆ³n con instituciones de educaciĆ³n superior para la formaciĆ³n de especialistas en gestiĆ³n cultural. Ese corpus de programas en distintas instituciones ya existe. Lo importante es desaparecer la brecha entre la formaciĆ³n estrictamente acadĆ©mica y la prĆ”ctica de la gestiĆ³n. Un aspecto crucial es facilitar al amplio sector de gestores culturales el reconocimiento acadĆ©mico por la vĆa de su experiencia profesional. Es sabido que las instituciones acadĆ©micas han acrecentado infundadas restricciones al respecto, pues asĆ defienden y amplĆan cotos de poder, sin que haya una verificable aportaciĆ³n. El documento sugiere tambiĆ©n la colaboraciĆ³n en torno a especialidades āen conservaciĆ³n de los patrimonios intangibles (gastronĆ³micos, artesanales, escĆ©nicos, dancĆsticos, de usos y costumbres, etc.), simbĆ³licos, artĆsticos, histĆ³ricos, arqueolĆ³gicos, paleontolĆ³gicos y subacuĆ”ticosā. Diferentes dependencias de la SecretarĆa de Cultura ya se ocupan de ello. MĆ”s bien lo que se requiere, segĆŗn cada caso, es una reforma o actualizaciĆ³n de esos estudios, un aumento importante en el presupuesto, y el aumento salarial y la regularizaciĆ³n laboral del plantel docente. Durante la administraciĆ³n actual no ha habido ningĆŗn avance. Por el contrario, el retroceso es de lamentarse.
11. El documento propone la promulgaciĆ³n de una Ley de Mecenazgo Cultural destinada a las ādonaciones y la inversiĆ³n en la infraestructura en el mundo de la culturaā. Para empezar, hay varias iniciativas de ley de distinta Ćndole que dan tumbos en las CĆ”maras alta y baja. A la hora de legislar, las comisiones de cultura son deficientes, no han mostrado capacidad para un anĆ”lisis profesional de las propuestas, que acaban manoseĆ”ndolas para empeorarlas. El mitote en torno a la nueva Ley de CinematografĆa es una muestra, aunque no la Ćŗnica. Y, al final de cuentas, los partidos polĆticos tienen otras prioridades y no les brindan la atenciĆ³n debida, a menos que, como ha sucedido en el sexenio, se trate de una propuesta del ejecutivo que aprueban sin conocimiento de causa Morena y aliados. Si por descuido llegan a legislar, las leyes no se aplican, pues no cuentan con los instrumentos adecuados, ni se adecuan a la realidad. Por otra parte, desde los aƱos 90 se han creado distintos mecanismos de donaciones y apoyos deducibles de impuestos que han probado su eficacia. El paso previo a una ley, en consecuencia, es establecer, en la propuesta de Programa de Cultura 2024-2030, un Programa de Mecenazgo Cultural, como parte de los antes llamados āprogramas sustantivosā, que comience a articularlos en la prĆ”ctica, identificar nuevas Ć”reas que pueden y deben beneficiarse y, a largo plazo, entonces sĆ considerar la posibilidad de una ley. De abajo hacia arriba, pues.
12. Esta lĆnea de acciĆ³n estratĆ©gica propone āconductos de comercializaciĆ³n para los artesanos (ā¦) las fiestas patronales y costumbres prehispĆ”nicas que son fuertes atractivos turĆsticos, ventanas a la proliferaciĆ³n cultural y, sobre todo, a la cohesiĆ³n socialā. Lo primero es prioritario, sin los simulacros del programa Original, uno de los fracasos de la actual gestiĆ³n, que ofrece capacitaciĆ³n en lĆnea aunque la mayorĆa de los artesanos no cuenten con internet, y mantiene bajo reserva la informaciĆ³n relativa al impacto econĆ³mico real. Lo segundo retoma la apuesta por el turismo cultural. Las experiencias previas, que se remontan al sexenio de Vicente Fox con la creaciĆ³n de la CoordinaciĆ³n de Patrimonio Cultural, Desarrollo y Turismo, son valiosas y es imperativo que sean tomadas en cuenta.
13. āRenovar el programa de indicadores de la actividad cultural y promover el estudio estadĆstico de la incidencia de la cultura en el desarrollo sostenibleā es una propuesta extraƱa. Hay una amplia variedad de indicadores culturales en MĆ©xico, que se han desarrollado en las Ćŗltimas dĆ©cadas, tanto por parte del Estado como de instancias acadĆ©micas, organizaciones civiles y grupos de expertos. Por tanto, no hay un solo āprograma de indicadores de la actividad culturalā que deba ser ārenovadoā como tal. Existe, es cierto, el Sistema de InformaciĆ³n Cultural de MĆ©xico, SIC MĆ©xico, aunque no se orienta necesariamente al āestudio estadĆstico de la incidencia de la cultura en el desarrollo sustentableā. En todo caso, mĆ”s que ārenovarā serĆa ācrearā ese āprogramaā. ĀæHace falta? Un repositorio digital que integre a lo realizado por el Estado y distintas instancias es una buena soluciĆ³n.
14. āBrindar un decidido impulso a la presencia de la cultura de MĆ©xico en el mundo.ā Nadie se opone a que la diplomacia cultural recupere su dignidad, luego de dos sexenios perdidos.
IV
Hacia un Programa de Gobierno 2024-2030 dedica apartados especiales a la āPolĆtica Cultural de Estadoā, la āTransversalidad del Proyecto Culturalā, la āMediciĆ³n de las PolĆticas Culturalesā, el āPresupuesto y EstĆmulos Fiscalesā y āMĆ©xico en el Mundoā, temas incluidos dentro de las 14 lĆneas de acciĆ³n prioritarias. En general, se repiten planteamientos de uso corriente, lo cual no les resta mĆ©rito, pero los vuelve redundantes y revela que en FCM, a diferencia de otros temas, la reflexiĆ³n a fondo de la cultura estĆ” pendiente.
En āPolĆtica Cultural de Estadoā se repite lo planteado desde el sexenio de Enrique PeƱa Nieto: la cultura orientada a la recomposiciĆ³n del tejido social. Vamos para dos sexenios, y no hay logros. ĀæSe le pide de mĆ”s a la cultura?ĀæSabemos sus lĆmites y alcances? ĀæLa polĆtica no ha sido la adecuada? ĀæCuĆ”l es un plazo razonable para advertir resultados? ĀæEse esfuerzo no tiene futuro si no implica avances en la seguridad y el desarrollo social? Estos y otros Ć”ngulos deben someterse a examen.
De no ser asĆ, la ārecomposiciĆ³n del tejido social a travĆ©s de la culturaā se convierte en una muletilla retĆ³rica. Tal vez por ello en este apartado proliferan las frases rimbombantes: la āresponsabilidad polĆtica y moralā del Estado para āfortalecer la paz y la libertad a travĆ©s de la educaciĆ³n y la culturaā. La cultura es el āconocimiento de la grandeza pluriĆ©tnica y multicultural de MĆ©xicoā. Lo que nos ubica en un lugar privilegiado en un mundo globalizadoā, āla conciencia de nosotros mismosā, ālo que hemos sido, lo que somos, y lo que aspiramos serā, āel sano orgullo nacional entre todos los mexicanosā.
V
Hay aĆŗn mĆ”s confusiĆ³n acerca de la āTransversalidad del Proyecto Culturalā. El apartado mezcla problemĆ”ticas, repite propuestas, recae en frases inconexas donde se dice todo y nada. Vuelve a hablarse de la ārecomposiciĆ³n del tejido social āmĆ”s āla reconciliaciĆ³n nacional āā y āel derecho del acceso universal a la culturaā, que existe desde 2019, junto a la ādescentralizaciĆ³nā y, otra vez, el ādesarrollo sustentableā. La ātransversalidadā no es sino una moda acadĆ©mica que infectĆ³ a la polĆtica y gestiĆ³n cultural, aunque carezca de contacto alguno con la realidad. Tan es asĆ que solo una oraciĆ³n la menciona: āEl plan cultural debe insertarse en un plan general con transversalidad de polĆticas pĆŗblicas, con Ć©nfasis a los niƱos y jĆ³venes en riesgoā.
En una reflexiĆ³n aparte, que retoma y amplia la lĆnea de acciĆ³n prioritaria 9, el documento plantea que los āmediosā ādeben ser āportadores de conocimiento por excelenciaā, y su programaciĆ³n debe āeducar, informar y al mismo tiempo entretenerā. No se puede estar en desacuerdo, pero tampoco se dice nada en concreto. No olvidemos que, a manera de ejemplo, el 27 de enero de 2019 en Mocorito, Sinaloa, durante el anuncio de la Estrategia Nacional de Lectura del gobierno de AMLO, se anticipĆ³ como uno de los tres ejes la difusiĆ³n a travĆ©s de los medios masivos, que estarĆa a cargo del vocero JesĆŗs RamĆrez. Nada sucediĆ³.
VI
En la āMediciĆ³n de las PolĆticas Culturalesā y de acuerdo con FCM, āningĆŗn proyecto puede ser evaluado sin una adecuada mediciĆ³n de impacto socialā y, por ende, se requieren los indicadores idĆ³neos que definan la polĆtica cultural nacional. Eso serĆa la base para el āaumento del gasto programable y el rediseƱo de los mecanismos que potencien los recursos pĆŗblicos, sociales y privadosā. Esta es una aƱeja discusiĆ³n. ĀæLa poesĆa, el teatro, la mĆŗsica clĆ”sica, la danza contemporĆ”nea, entre otras disciplinas, quedarĆ”n sujetas a su āimpacto socialā?. Pareciera una discusiĆ³n tan inĆŗtil como leer por ācompromisoā o leer por āplacerā.
Este planteamiento se remonta tambiĆ©n al sexenio de Vicente Fox. Es decir, llevamos cuatro sexenios y no sabemos cĆ³mo se mide ese āimpactoā y si en verdad es un criterio que aplique a las artes. Lo que se ha hecho es establecer una suerte de āretribuciĆ³n socialā por parte de los artistas beneficiados con los apoyos del ex FONCA y hoy Sistema de Apoyos a la CreaciĆ³n y Proyectos Culturales. Esa sĆ serĆa una āmediciĆ³n del impacto social pendienteā, para precisar si ha sido Ćŗtil o tan solo ha burocratizado mĆ”s el apoyo a la creaciĆ³n. ĀæA un beneficiado de un apoyo en el campo de la fĆsica se le pide una retribuciĆ³n social semejante? No, naturalmente. El mĆ©rito basta y sobra.
No obstante, FCM muestra cierta obcecaciĆ³n al respecto. āEl Estadoā, apunta, ādebe ser garante del desarrollo de proyectos para que el sector productivo de la cultura se formalice.ā Eso estarĆa bien, si estuviera hablĆ”ndose de las āindustrias culturalesā, que no son mencionadas en ninguna parte del apartado. El planteamiento inmediato siguiente condicionarĆa los apoyos a criterios expuestos con poca claridad: āHay que reconocer que durante muchos aƱos se dieron las ayudas directas sin prĆ”cticamente nada a cambio. En el momento en que el esquema cambia hacia la formalizaciĆ³n, deja de ser un gasto para convertirse en una inversiĆ³nā.
Al menos, lo que FCM venturosamente buscarĆa es ārediseƱar y reactivarā fondos y fideicomisos destinados a la cultura, educaciĆ³n, ciencia y tecnologĆa. Sabemos que los aboliĆ³ el ejecutivo actual, por una supuesta corrupciĆ³n que no probĆ³ su policĆa hacendaria. El caso mĆ”s lastimoso fue la aboliciĆ³n en los hechos del Programa de Apoyo a la TraducciĆ³n, Protrad, a consecuencia de un convenio entre las secretarĆas de Hacienda y la FunciĆ³n PĆŗblica, que cancelĆ³ la posibilidad de que un recurso federal pudiera ser asignado a una editorial extranjera interesada en publicar a un autor mexicano en otro idioma, lo que orillĆ³ al programa a proponer un inviable esquema de āreciprocidadā. La convocatoria, claro, fue declarada desierta. Llevaba dos dĆ©cadas y sus resultados eran palpables.
La coaliciĆ³n aspira asimismo a ampliar los apoyos a los fondos y fideicomisos a travĆ©s de āfondos privados, internacionales, de organizaciones sociales y recursos de los tres Ć³rdenes de gobiernoā. Ante los ingentes problemas nacionales, tal vez los ārecursos de los tres Ć³rdenes de gobiernoā no pasen de ser un noble deseo. Veremos tambiĆ©n a quĆ© se refieren en realidad los āfondos privados, internacionales, de organizaciones socialesā, una propuesta bien intencionada mĆ”s, que deberĆ” comprobarse. Las fundaciones culturales de los consorcios mexicanos tienen agendas claras a las cuales se apegan, y estĆ”n en su derecho. Mientras que las organizaciones sociales, como se sabe, enfrentan serios problemas de financiamiento. Nuevamente, pareciera imperar la inexperiencia, la falta de realismo y la ingenuidad.
VII
El rubro āPresupuesto y EstĆmulos Fiscalesā arranca con un buen diagnĆ³stico:
El sector cultura debe ser financiado como inversiĆ³n y no como gasto. Actualmente, todas las instituciones que integran la SecretarĆa de Cultura han visto mermada su capacidad de operaciĆ³n y disminuidos sus presupuestos. No hay apoyos suficientes para los investigadores, los creadores, los festivales, muestras de arte, ferias, etc. Actualmente, las instituciones culturales que tienen a su cargo los teatros, museos y salas de cine no pueden ejercer su plena vocaciĆ³n. Muchas veces, los recintos culturales dejan de lado su programaciĆ³n sustantiva.
Invita asĆ a āpersonas, empresas, fundaciones y organismos de la sociedad civil en el campo cultural para lograr una mayor corresponsabilidad en la conservaciĆ³n y acrecentamiento de los bienes y servicios culturalesā. De nuevo, la larga lista de invitados para que sean partĆcipes corresponsables. La āLey de Mecenazgo Culturalā, como se mencionĆ³ arriba, serĆa la vĆa. AƱadamos: si gana Morena y aliados, ĀæretomarĆ” la propuesta o mĆ”s bien, basĆ”ndonos en su sabido encono contra los fideicomisos, la desecharĆ”?
VIII
āMĆ©xico en el Mundoā cierra el pentĆ”gono cultural de Hacia un Programa de Gobierno 2024-2030. A pesar de que JosĆ© Ćngel GurrĆa, el coordinador del documento, fue secretario de Relaciones Exteriores de 1994 a 1997, en este punto en ningĆŗn momento se hace menciĆ³n a la SRE. Tan solo se indica que es necesario que MĆ©xico ārecupere el liderazgo cultural en el mundo por el que se ha distinguidoā, planteamiento un tanto jactancioso. La presencia de MĆ©xico, siendo justos, ha sido relevante, pero, como bien apunta el documento, se āha desdibujado por la falta de interĆ©s y de inversiĆ³n por parte del actual gobiernoā.
No hay referencia alguna a la estrategia que debe seguirse con la infraestructura existente para la difusiĆ³n de MĆ©xico en el exterior: las casas y los institutos de cultura pulverizados por la 4T; las sedes de la UNAM, muchas de las cuales no son mĆ”s que aulas para conferencias, proyecciones de pelĆculas y exposiciones de mĆnima envergadura; y las filiales del FCE, varias en quiebra tĆ©cnica, algunas rescatables. Y lo principal: la designaciĆ³n de gestores culturales capaces y la formaciĆ³n del relevo generacional, a partir de la experiencia de quienes han abierto brecha y no de las, insistamos, ocurrencias acadĆ©micas. Nada de eso se apunta.
El apartado se ocupa tan solo de los reconocimientos internacionales a la industria del cine y conmina a aumentar la producciĆ³n en esa Ć”rea, lo cual no es un problema en realidad, como sĆ lo es su difusiĆ³n y comercializaciĆ³n, tanto en MĆ©xico como en el exterior. La estrategia de IMCINE para la venta de derechos de las pelĆculas mexicanas en los festivales internacionales debe mejorarse, aunque tambiĆ©n es cierto que son los propios festivales los que deciden a travĆ©s de sus comitĆ©s cuĆ”les pelĆculas formarĆ”n parte de su programaciĆ³n, y los distribuidores y comercializadores de cada paĆs quienes toman la decisiĆ³n final. AsĆ las cosas, ni en MĆ©xico ni en el exterior, salvo los cineastas que han abierto su propia senda, el cine mexicano es de interĆ©s. Este es el desafĆo, no el aumento en la producciĆ³n, condenada a permanecer enlatada. AĆŗn estĆ” por verse el tamaƱo de la asistencia a las nuevas salas de cine del CENART y a los 34 teatros del IMSS en 23 estados.
Tampoco se hace referencia a unos de los aspectos centrales de la presencia de MĆ©xico en el mundo: las magnas exposiciones que distinguieron a nuestro paĆs y que borrĆ³ la 4T, que ni siquiera se ocupĆ³ de promover en el exterior La grandeza de MĆ©xico, deficiente muestra por contraste con otras que le precedieron y de excelsa calidad, tales como la ExposiciĆ³n de Arte Mexicano Antiguo y Moderno en el Museo Nacional de Arte Moderno de ParĆs de 1952, la primera de tal naturaleza en Europa, bajo la tutela de Federico Gamboa, o como Esplendores de 30 siglos, de 1992, en el Museo Metropolitano de Nueva York, el Museo de Arte de San Antonio, el Country Museum of Art de Los Ćngeles, el Colegio de San Idelfonso y el Museo de Arte ContemporĆ”neo de Monterrey, MARCO.
Una vez mĆ”s, como ha sucedido con gobiernos del PRI, PAN y Morena, FCM no llama la atenciĆ³n sobre la dramĆ”tica carencia histĆ³rica de MĆ©xico de un conjunto de orquestas y de compaƱĆas dedicadas a las diferentes disciplinas escĆ©nicas para que representen a MĆ©xico tanto dentro del paĆs como en el extranjero. La deuda que arrastra el INBAL desde su creaciĆ³n en 1946 sigue sin saldarse. La Ćŗnica compaƱĆa con presencia internacional, dedicada de la danza folclĆ³rica, es el Ballet FolclĆ³rico de MĆ©xico Amalia HernĆ”ndez, creado en 1952 y cuya presencia internacional es constatable.
āMĆ©xico en el Mundoā hace un extraƱo planteamiento y no deja claro a quĆ© se refiere en realidad. āEl desinterĆ©s y la falta de apoyo a la cultura ha derivado en una importante fuga de talentos. Muchos mexicanos se han visto obligados a generar cultura o a estudiar la cultura desde el extranjero. Expertos en distintas disciplinas han encontrado mayor interĆ©s en su quehacer en otros lugares del orbe que en MĆ©xicoā. ĀæSe referirĆ” a los cantantes de Ć³pera, cineastas, artistas visuales, primas ballerinas y primos ballerinos mexicanos, o investigadores de cultura que han expandido sus carreras en el exterior?
En buena medida, los nombres que vienen a la mente primero fueron reconocidos en MĆ©xico y en consecuencia se desplazaron el extranjero. Alejandro GonzĆ”lez IƱƔrritu, Guillermo del Toro, Carlos Carrera, Elisa Carrillo Cabrera, Gabriel Orozco, Rafael Lozano-Hemmer, Javier Camarena, RamĆ³n Vargas y muchos mĆ”s triunfaron en el paĆs. No es improbable que la escena cultural de MĆ©xico les haya quedado estrecha y tuvieran que emigrar, aunque tampoco puede negarse que MĆ©xico es a la vez un destino que buscan artistas del extranjero para su crecimiento profesional. La aseveraciĆ³n, pues, resulta un tanto cuanto categĆ³rica.
El apartado no aborda, pues, lo central y cierra otra vez con una declaratoria de buenas intenciones:
La tolerancia y la libertad deben siempre prevalecer para que las comunidades, los artistas e intelectuales expongan sus ideas sin ningĆŗn tipo de obstĆ”culo o represalia. La vida cultural debe ser el nĆŗcleo de valores democrĆ”ticos a partir del absoluto respeto a las diferencias. La cultura, indudablemente, juega un papel en la construcciĆ³n de la paz y de una ciudadanĆa responsable.
Un listado de 14 temas y cinco bloques temƔticos.
Veremos quƩ pasa. ~
Es autor del libro digital 80 aƱos: las batallas culturales del Fondo (MĆ©xico, Nieve de Chamoy, 2014), de PolĆtica cultural, ĀæquĆ© hacer? (MĆ©xico, Raya en el Agua, 2001, y de La palabra dicha. Entrevistas con escritores mexicanos (Conaculta, 2000), entre otros. Ha sido agregado cultural en las embajadas de MĆ©xico en la RepĆŗblica Checa y PerĆŗ y en el Consulado General de MĆ©xico en Toronto.