Historia e imaginación

Contar España. Una historia contemporánea en doce novelas

Jordi Canal

Ladera Norte,,

Madrid, , 2024, 215 pp.

AÑADIR A FAVORITOS
Please login to bookmark Close

Durante el siglo XX la historia se esforzó por hacerse un hueco entre las ciencias sociales. Para ello adoptó muchos de los formalismos propios de las disciplinas experimentales y cuantitativas abandonando con frecuencia la narratividad para cortejar un lenguaje que se presentaba como más preciso y riguroso. No logró su objetivo de ser considerada una más entre las ciencias, pero lo que sí consiguió fue alejarse cada vez más del público que había recurrido a la historia como una fuente de historias que le ayudaban a comprender el mundo mediante una inmersión veraz y sugerente en el pasado.

Desde entonces han ocurrido muchas cosas que han transformado la disciplina histórica, entre ellas una nueva actitud ante la historia como escritura y como relato. Uno de los primeros historiadores españoles que llamó la atención sobre el callejón sin salida al que había llegado la historia en su pretensión cientificista fue el profesor de la ehess de París Jordi Canal, cuyas reflexiones quedaron reflejadas tempranamente en diversos artículos y en un libro recopilatorio titulado La historia es un árbol de historias. Historiografía, política, literatura (Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2014), donde ya había expresado con rotundidad que explorar las relaciones entre literatura e historia resultaba una tarea indispensable para el historiador.

En Contar España. Una historia contemporánea en doce novelas, este historiador fino y cosmopolita, que frecuenta con igual altura las síntesis sobre la historia de España o Cataluña que se adentra en investigaciones de caso sobre el carlismo o el exilio, ha dado un paso más allá. Nos ha situado ante la evidencia de que entre contar ficciones y contar hechos del pasado hay un claro denominador común, que es el contar. Y, entre contadores de historias, hay mucho que aprender, tanto en aspectos relativos a la técnica narrativa como en cuestiones de elaboración literaria de los contenidos. Y para demostrarlo nos propone doce novelas a través de las cuales, como si subiéramos una escalera hasta el presente, se construye una historia contemporánea de España.

La selección es impresionante. Todas son auténticos monumentos literarios que, desde la perspectiva histórica, no hacen sino crecer. Podría haber algunas dudas con la selección de obras, por ejemplo respecto a las del padre Coloma o de José María Gironella, pero el autor las solventa de manera inmediata poniendo en relación el interés de su contenido histórico con las razones que hicieron que estos libros apasionaran a los lectores contemporáneos y se convirtieran en superventas.

Así pues, partiendo, como casi no puede ser de otra manera, del Galdós que explora el surgimiento de la conciencia nacional española en la Guerra de la Independencia, la propuesta nos lleva al Unamuno del conflicto carlista en Paz en la guerra y, de ahí, a Emilia Pardo Bazán y al caciquismo reflejado en Los pazos de Ulloa. Después, con Pequeñeces,del jesuita Coloma, se dirige al violento cambio de siglo barojiano de Aurora roja para adentrarse, a continuación, en la fascinante tragedia africana contada por Sender en ImánLos cipreses creen en Dios, de Gironella, da pie a tratar la guerra civil española, y el exilio posterior es introducido por Campo francés, de Max Aub. Con Veinte años y un día de Semprún se aborda el franquismo y Anatomía de un instante, de Cercas, sirve para abordar los momentos iniciales y más críticos de la Transición. Concluye el recorrido con la gran novela de la especulación inmobiliaria, Crematorio, de Chirbes, y la que supo captar la cara del terrorismo desde la mirada las víctimas, Patria, de Fernando Aramburu.

El libro es un ensayo en el que el historiador dialoga con una idea que le resulta familiar, pero que no está definida, la de que en el corazón de la historia existe un lugar habitado por la literatura. Para demostrarlo propone al lector un recorrido a través de las dos últimas centurias del pasado español en el que combina la imaginación literaria de grandes obras y destacados autores con la interpretación histórica. No se trata de novelas coetáneas a los hechos que relatan, ni tampoco verdaderas novelas históricas, ya que muchas de ellas fueron compuestas demasiado cerca de los acontecimientos para que fuera necesaria una reconstrucción artificial del contexto histórico. Lo importante es la exploración de ese pasillo de conexión que vincula la ficción literaria con la voluntad del historiador de ofrecer una lectura comprensiva del pasado sin renunciar a los fundamentos críticos y al rigor historiográfico que constituye la base de su oficio.

Al final del recorrido, tras el diálogo con las doce novelas, el ensayo transmite al lector la evidencia de que no hay historia sin relato, lo que pone en relación a la historia con los otros relatos que sirven para entender al hombre, sus sentimientos, sus ambiciones, en realidad para entender todo aquello que explica su vida desde la perspectiva individual y social. De ahí que para interpretar este universo sea indispensable la imaginación, pues como demuestra con mucha solvencia y amplios recursos Jordi Canal, “para intentar reconstruir lo supuestamente real necesitamos imaginar. Acaso alguien prefiera hablar de conjeturas, incluso de hipótesis, pero en el fondo estamos tratando de imaginar”. ~


    ×

    Selecciona el país o región donde quieres recibir tu revista: