De acuerdo con el INEGI, en MĆ©xico el 47% de los hogares tiene conexiĆ³n a internet y el 59.5% de la poblaciĆ³n de seis aƱos o mĆ”s es usuaria de internet; de ese universo de cibernautas, el 68.5% tiene menos de 35 aƱos. En este contexto, es evidente que las encuestas web encuentran un pĆŗblico amplio, y vale la pena preguntarse cuĆ”l es su impacto en la opiniĆ³n pĆŗblica.
Las encuestas web como las conocemos aparecieron cuando surgiĆ³ Netscape en 1994. Antes las encuestas en lĆnea eran estĆ”ticas, con preguntas que se hacĆan una tras otra y sin formato. Con Netscape se introdujeron acciones que permiten hacer encuestas web interactivas (que tengan retroalimentaciĆ³n condicionada con base en las respuestas en la misma pĆ”gina web).
El avance tecnolĆ³gico y el uso de internet como herramienta de investigaciĆ³n han propiciado nuevos escenarios de interacciĆ³n metodolĆ³gica. Por ejemplo, en redes sociales como Twitter, Facebook e Instagram es posible encontrar opiniones del sentir social, en comparaciĆ³n con las formas mĆ”s tradicionales de encuestas cara a cara o telefĆ³nicas, donde los cuestionarios son estructurados.
Una de las principales ventajas de las encuestas en lĆnea y en redes sociales es que son menos costosas que las que se realizan en vivienda o telefĆ³nicamente. La velocidad con la que permiten recolectar datos es otro atractivo importante. Por ejemplo, en elecciones presidenciales donde deben tomarse decisiones con rapidez, las encuestas en lĆnea pueden ser de gran ayuda. AdemĆ”s, tienden a ser de fĆ”cil implementaciĆ³n: el cuestionario puede ser programado, es posible compartir contenidos multimedia y se pueden realizar en cualquier lugar y a cualquier hora.
La principal desventaja de este tipo de encuestas web o de una encuesta en redes sociales es que generalmente son percibidas como estudios no cientĆficos porque son no probabilĆsticas; es decir, las personas que las contestan no se obtienen de algĆŗn marco que cubra a toda la poblaciĆ³n (como por ejemplo, la lista nominal de electores), por lo que la encuesta no necesariamente representa a la poblaciĆ³n total del paĆs.
Sin embargo, frente a la gran cantidad de internautas y de usuarios de redes sociales, resulta atractivo intentar hacer investigaciĆ³n considerando ese universo de usuarios. De hecho, en MĆ©xico ya comenzamos a ver las primeras incursiones en el uso de Facebook como mĆ©todo de mediciĆ³n.
El principal reto para realizar una encuesta en internet o a travĆ©s de las redes sociales es saber a quiĆ©n se va a encuestar; cuĆ”l es el universo o poblaciĆ³n objetivo. En un mundo ideal, los investigadores usarĆan, en caso de una encuesta web, una lista con los nombres de todos los mexicanos con sus correos electrĆ³nicos. AsĆ mismo, los investigadores quisieran tener las cuentas de Facebook o Twitter para realizar encuestas probabilĆsticas en estas redes sociales. Sobra decir que las empresas de opiniĆ³n pĆŗblica en MĆ©xico no cuentan con dicha informaciĆ³n.
En 2004, la revista Journal of medical Internet research publicĆ³ un artĆculo en el cual se propone una metodologĆa para reportar resultados derivados de encuestas en internet y que tambiĆ©n puede ser aplicados a encuestas en redes sociales. A continuaciĆ³n reproducimos algunos de los elementos a tomar en cuenta.
Desde la perspectiva metodolĆ³gica, las encuestas que se hacen en sitios web o redes sociales abren un nuevo panorama a la investigaciĆ³n. Sin embargo, hacen falta estudios acadĆ©micos que demuestren la validez de sus resultados, asĆ como un compromiso por parte de la industria de encuestas en MĆ©xico para transparentar las metodologĆas.
Al leer encuestas en internet o en redes sociales debemos estar conscientes que las personas que diseƱan este tipo de encuestas no cuentan con una lista de la poblaciĆ³n total de internautas. Lo anterior, implica que no es posible sacar conclusiones mĆ”s allĆ” de los perfiles que han sido entrevistados.
PolitĆ³logo apasionado, creyente de la metodologĆa por encuestas. Director General de la firma de opiniĆ³n pĆŗblica Defoe