Entrevista con Santiago Tobón

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Al instalarse en el saturado mercado editorial español, los jóvenes socios de la editorial mexicana Sexto Piso –todos rozando apenas la treintena– parecieran, ahora sí, hacer honor a su logotipo suicida –un muñeco arrojándose desde una sexta planta–. Pero cualquier prejuicio tiende a encogerse cuando Santiago Tobón, director de la filial en España, explica el proyecto y sus circunstancias. Nada parece improvisado ni a la ligera. Entre los libros que han publicado hasta ahora están los Aforismos de Zürau, de Kafka, en su colección Noesis de ensayo, y El estrecho rincón, de Somerset Maugham, en su colección de narrativa. Moderadamente optimistas, esperan que en dos años la editorial haya encontrado un espacio digno y estable. “Paso a paso” pareciera su lema.

 

¿Por qué venir a España?

Desde que la editorial comenzó, hace unos tres años, parte de los objetivos era llegar a todos los países de habla hispana. Llegado el punto de viabilidad en México, se empezaron a hacer distribuciones a España a través de un intermediario, primero a través de la librería La Central, de Barcelona, y después a través de empresas que trabajan con libros importados. Era algo muy modesto, pero nos llevó a pensar que podía haber lectores para nuestros libros. Sabíamos que el paso siguiente, si queríamos conseguir un número importante de lectores, era entrar a la cadena del libro como lo hacen todas las editoriales localmente. Es cierto que en España hay una oferta muy grande, pero no deja de ser de cualquier modo un país interesante, con un número muy alto de editoriales y lectores, comparado con América Latina. Era uno de los pasos obligados.

 

¿Qué hueco visteis en el mercado español?

Si hablamos de editoriales que se dediquen al libro en términos culturales, a la construcción de un catálogo de fondos y no de novedades, ya había editoriales que nos gustan y nos parecen similares a la nuestra, como Siruela, Acantilado, Anagrama, Pre-Textos, Trotta… Pero así y todo, siempre encuentras autores, o títulos de esos autores que no están en esas editoriales, lo que te hace pensar que evidentemente hay un hueco ahí.

 

¿A qué os referís cuando decís que vuestro catálogo está formado por títulos que son como capítulos de una misma novela?

Está en la idea de que el editor tiene que tener una cierta coherencia en su trabajo. Creemos tener una línea editorial que va por un camino específico. Esperamos que a lo largo de nuestro catálogo se pueda hacer una lectura de cada título como de capítulo a capítulo, y que sea en alguna medida el libro que escribe el editor. Esperas casi que tu editorial como sello pueda prescribir a un lector determinado y que el lector, porque ha leído tres o cuatro títulos tuyos, confíe en ti aunque no conozca el título o el autor.

 

¿Cuáles son vuestros criterios para elegir una obra?

Tenemos tres colecciones hasta el momento: clásicos, narrativa y ensayo. En sí, eso significa un criterio. Luego hay una rigurosidad: en la colección de ensayo intentamos tener una línea cercana a la reflexión de problemas contemporáneos, muy enfocada a filosofía, por ejemplo. Desde un espectro más amplio, también suponemos que tenemos un criterio de calidad literaria. De todos modos, no deja de ser subjetivo.

 

¿Cómo ha sido la acogida en el mundo editorial y en el público en general?

Estamos muy contentos con la respuesta que hasta ahora hemos tenido. De parte del sector ha sido muy buena, porque hemos contado con el consejo y el apoyo de muchos editores españoles. Hemos establecido relación directa con varios de los libreros, porque cada librería tiene unas características distintas, y clarificar ese perfil nos va a hacer avanzar todavía más. Con los distribuidores también es muy buena, son óptimos para el proyecto. Empezamos a tener relación con los impresores, porque en este momento hacemos la impresión también aquí. Y en fin, con los lectores también ha sido buena. No tenemos unas metas muy altas en ventas, lo que queremos es un proyecto viable y sostenible a lo largo del tiempo. Sabemos que de por sí no son libros que se vendan masivamente.

 

¿Estás de acuerdo en que el sector editorial está en crisis?

Sé que ha habido una disminución de las ventas en los últimos años, pero no manejo las cifras con propiedad como para emitir un juicio. Además, cada realidad es muy diferente: no es lo mismo el libro de texto que el técnico o el de bolsillo, o el que hacemos nosotros. Es muy difícil situar todos en un gran plano y decir que el libro está en crisis. De todos modos, creo que la especialización de los pequeños editores, primero hace que proyectos como el nuestro sean viables, porque no necesitas altas cifras de venta para hacer determinados títulos, y segundo, garantiza la diversidad, que no creo que esté en crisis.

 

¿Por qué vuestros catálogos de México y España son distintos?

Lo hicimos intencionalmente, principalmente porque en España tenemos una capacidad de producción menor a la que hay en México, y eso implicaba que no podíamos hacer los 45 títulos en seis meses que hay allá. Nos planteamos hacer unos veinte por año durante esta primera fase, buscando que estuvieran ya editados o por editarse en México. También pensamos en equilibrar mejor el catálogo: allá se publicó más ensayo que narrativa, por ejemplo, y en España podemos balancearlo. Esperamos que a la vuelta de un año o dos la editorial tenga un desarrollo local importante, que se hagan más libros de autores españoles o de temas que prefieren los lectores de aquí.

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(Huelva, España, 1978) es periodista y editora afincada en México. Imparte clases de periodismo en la Universidad Iberoamericana.


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