¿Un año “muy positivo” para la migración?

Hablar de un año positivo para la migración desde la perspectiva mexicana es bastante aventurado cuando en los principales temas no se lograron avances. 
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El pasado 18 de diciembre, día internacional del migrante, la SEGOB emitió un comunicado titulado “2013: un año muy positivo para la migración” en el que destaca cuatro puntos positivos en la agenda migratoria, tanto internacional como nacional.

1)   El Diálogo de Alto Nivel sobre Migración y Desarrollo en las Naciones Unidas que se llevó acabo en octubre de 2013.

2)   El haber incluido en el Plan Nacional de Desarrollo la obligación de elaborar un Programa Especial de Migración para atender el fenómeno.

3)   La entrega del Premio Nacional de Derechos Humanos 2013 a Norma Romero Vazquez, coordinadora de Las Patronas.

4)   Los Foros de Consulta Publica que se llevaron a cabo para conformar el Programa Especial de Migracion 2014-2018.

En general, hablar de un año positivo para la migración desde la perspectiva mexicana es bastante aventurado cuando en los principales temas no se lograron avances: 

  • La reforma migratoria en Estados Unidos no se aprobó y entre 5 y 6 millones de mexicanos indocumentados siguen estando en una situación vulnerable en ese país;
  • Continuaron las deportaciones de mexicanos y sus consecuencias en cuanto a la separación de familias y la vulnerabilidad de los migrantes repatriados;
  • El número de muertes en la frontera México-Estados Unidos ha aumentado, en especial por algunos puntos de cruce en Texas;
  • La violencia y los abusos en contra de migrantes en tránsito por el país continúa, y aunque la Caravana de Madres y grupos de médicos forenses independientes han logrado unir a desaparecidos (o a sus restos) con sus familiares, aún hay miles de desaparecidos (algunas ONG estiman que pueden ser hasta setenta mil) “que dejaron su último rastro en México y de los que no se volvió a saber nunca más” (Ruiz Parra, 2012);
  • Para septiembre de 2013, el número de peticiones de asilo de mexicanos en Estados Unidos había llegado a 23,000, cuatro veces más que en 2009 (en promedio, 91% de esas peticiones son rechazadas).

Estas “buenas noticias” que da la SEGOB, aunque sin duda son sucesos positivos, en realidad no dan cuenta de grandes cambios. El Diálogo de Alto Nivel en la ONU logró que se emitiera una declaración destacando la relevancia del tema migratorio en la agenda de desarrollo, pero en la práctica los instrumentos vinculantes siguen siendo muy débiles, incluyendo la Convención para la Protección de los Trabajadores Migrantes y sus Familias, que sólo han ratificado 47 países. El enfoque de desarrollo es menos controvertido que otros temas en la agenda multilateral y ha permitido traer a la mesa a casi todos los países para hablar de migración. De ese diálogo sin duda pueden abrirse posibilidades para una cooperación más amplia, bilateral, regional o multilateral, pero hasta el momento los resultados dejan mucho que desear. Irónicamente, el día que inició el Alto Díalogo, 300 personas murieron ahogadas cerca de Lampedusa en su intento por llegar a Europa, lo que llevó a cuestionar si la ONU ha tenido, o puede llegar tener, un impacto positivo en este tema.

Con este gobierno, llevamos ya tres administraciones hablando de la necesidad de una política migratoria “integral”, de la necesidad de un plan, de un programa, de una agenda migratoria que refleje las responsabilidades y retos de México como país emisor, receptor, de transito y de retorno de migrantes. En este comunicado el gobierno de Peña Nieto celebra haber incluido oficialmente en el PND la obligación de crear un programa especial de migración (2014-2018) para atender el fenómeno, aunque desde el sexenio de Fox el tema migratorio ya se había incluido el tema como una prioridad en el PND.  Para elaborar este “Programa Especial”, este año se hicieron Foros de Consulta Publica “con la participación de más de 700 personas y más de 1,200 propuestas, además de talleres de trabajo, una consulta en línea y foros ciudadanos autogestionados por la comunidad mexicana en los Estados Unidos".
 

Sin ahondar en la crítica de que cada sexenio se vuelven a hacer consultas y foros con académicos, sociedad civil, migrantes, funcionarios de gobierno y otros expertos sobre el tema migratorio, de los que resultan casi las mismas propuestas y recomendaciones, uno de los puntos sobresalientes aquí es que el comunicado de la SEGOB celebra como positivo el que una parte de esos foros de consulta pública se organizó de manera independiente por parte de la comunidad mexicana en Estados Unidos. Estos foros se organizaron en Los Ángeles y Chicago precisamente porque el gobierno no incluyó directamente a las comunidades mexicanas en el exterior en estas consultas. Aunque la convocatoria presenta como uno de sus principales objetivos “recabar propuestas de los migrantes y sus familiares, de la diáspora mexicana en el extranjero”, entre otros grupos, los cinco foros de consulta se hicieron en México y nunca se hicieron públicos “los mecanismos para  consultar a la diáspora mexicana en el exterior, a través de reuniones y los medios que se establezcan para tal efecto”, como prometía la convocatoria de la SEGOB.

Los mecanismos de contacto con la diáspora existentes, como el Consejo Consultivo del Instituto de los Mexicanos en el Exterior (CCIME) o la Red de Talentos no se utilizaron para este propósito, a pesar de que este año el Instituto de los Mexicanos en el Exterior dedicó una enorme cantidad de recursos a fortalecer los vínculos con estos grupos. Por ejemplo, en julio se realizó el Primer Congreso de Asociaciones Mexicanas en Europa y se crearon nueve capítulos más de la Red de Talentos, que ahora tiene 27 capítulos en varias ciudades del mundo, y se creó la Red Global de Talentos. Esta podría considerarse una “buena noticia”, pero el perfil de estas y otras actividades del IME, una de las instituciones más importantes para el país en materia migratoria, en especial en cuanto a la atención a las comunidades mexicanas en el exterior, se ha mantenido bajo. La salida de Arnulfo Valdivia como Director del Instituto, sin haber cumplido un año en el cargo, tampoco es una buena noticia porque implica volver a invertir recursos y tiempo en establecer estas relaciones con la diáspora, además de que refuta a los optimistas que creían que Valdivia podría poner al Instituto en el centro de la política migratoria del país dada su relación cercana con el Presidente Peña Nieto.

Coincido en que es excelente noticia que se reconozca con el Premio de Derechos Humanos 2013 el trabajo altruista de personas como Norma Romero Vázquez, coordinadora de Las Patronas que dan alimento a los migrantes que viajan en “La Bestia” hacia Estados Unidos cuando pasan por Veracruz. Pero una mejor noticia sería que se resolvieran los problemas de fondo en el Instituto Nacional de Migración (INM). El diagnóstico que publicó el Insyde este año sobre el INM es devastador: “Estamos, más allá de toda duda, ante un organismo público en extrema descomposición”. Y, más allá del INM, el diagnóstico da cuenta de una debilidad institucional para responder a las necesidades de los migrantes y proteger sus derechos: “El trasfondo de este vacío no se queda en la descomposición del INM, va más allá y abarca la débil intervención de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y de los organismos públicos similares estatales, la severa crisis del aparato policial y del sistema de justicia penal, la desconexión entre los instrumentos de política social y desarrollo y la población migrante y también la indiferencia ante los migrantes o incluso su abierta criminalización desde los medios de comunicación y la sociedad en general.”

Aunque 2013 se queda corto para ser declarado un "año muy positivo" para la migración, hay algunas buenas noticias que sí vale la pena retomar:

  • A un año del inicio del programa de acción diferida, que permite a los jóvenes indocumentados que hayan llegado a Estados Unidos antes de los 15 años obtener un permiso de trabajo temporal, para agosto de 2013, 74.9% de las solicitudes para este programa eran de mexicanos (57% habían sido aprobadas). Como lo destaca esta nota del New York Times, además del trabajo de las organizaciones no gubernamentales, el apoyo que ha dado la red consular mexicana por medio de talleres y campañas de información (incluyendo una nueva aplicación para teléfonos y tabletas: MiConsulmex), ha sido fundamental para lograr que un porcentaje tan alto de mexicanos se beneficie de este programa.
     
  • En Estados Unidos se aprobaron varias leyes estatales para ampliar los derechos a los “no ciudadanos”, incluyendo la posibilidad de que los migrantes indocumentados puedan ejercer su profesión de abogados en California. Y, para cerrar bien el año, la semana pasada New Jersey se sumó a los otros 17 estados que permiten que los migrantes indocumentados paguen cuotas para la universidad como residentes (“In-State Tuition”).
     
  • En cuanto a dar visibilidad y llamar la atención de la comunidad internacional sobre la situación de los migrantes en México, una excelente noticia es que Emiliano Ruiz Parra, periodista mexicano haya ganado el Premio Alemán de Periodismo Walter Reuter 2013 por su reportaje “¿Dónde esta mi hijo?” sobre los migrantes desaparecidos en México. A su vez, el largometraje “La Jaula de Oro” sobre los migrantes en tránsito por México ganó el Premio Gillo Pontecorvoen en Cannes y los permios al Mejor Primer o Segundo Largometraje Mexicano, del Público y Guerrero de la Prensa en el Festival Internacional de Cine de Morelia. Más allá de lo que se logre o no en el ámbito del gobierno, el reconocimiento a estos y otros trabajos periodísticos y artísticos cambia percepciones, crea conciencia, y es la base para ir logrando verdaderas buenas noticias para los migrantes y para todos.

Esperemos y trabajemos por mejores noticias para el 2014.

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es profesora de estudios globales en The New School en Nueva York. Su trabajo se enfoca en las políticas migratorias de México y Estados Unidos.


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