Detrás de la línea
en el escenario, el titiritero único y proverbial
sostiene al títere inocente sin rostro, con rostro:
Tinta bicolor recrea al calendario
de los mismos mimos de circo.
El titiritero y sus criaturas pasan a la historia:
para nada improvisados.
Años de sonreír,
centurias de apagar la luz y ocultar los rasgos
del mismo mimo abierto a la crítica, al rechazo.
Dos títeres
dos zarandeos
ritmia y arritmia en un solo corazón.
Hay que inventarse un rostro inédito
para cada tragicomedia improvisada. ~
20 rolas, abril 2016
En esta ocasión hay propuestas del norte de África, Haití, México y Japón, por lo que la pluralidad de ritmos y géneros es muy enriquecedora.
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