Los antimodernos, de Antoine Compagnon

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Antoine Compagnon ha llevado a cabo en Los antimodernos un estudio โ€“centrado en la literatura francesa fundamentalmenteโ€“ sobre los escritores que reaccionaron contra la modernidad, pero no por conservadurismo sino como una respuesta, plena de matices, surgida desde el seno de la misma modernidad. Intempestivos y anacrรณnicos, para Compagnon los antimodernos fueron los autรฉnticos fundadores de la modernidad y sus representantes mรกs seรฑalados. La figura inspiradora, que viviรณ en plena Revoluciรณn y a la que hostigรณ con virulencia y especial lucidez, fue Joseph De Maistre, el autor de Consideraciones sobre Francia y Las veladas de San Petersburgo (1821). El caso paradigmรกtico lo encarna sin duda Charles Baudelaire: por un lado, fue un reaccionario, negador del sufragio universal, y por otro lado fue el definidor de lo mismo que denostaba. No estuvo solo: una lista amplia lo flanquea desde su siglo al XX: Balzac, Beyle, Taine, Renan, Sainte-Beuve, Bloy, Barrรจs, y en el siglo XX, Bernanos, Breton, Bataille e, incluso, Barthes. ยฟPero quรฉ es lo antimoderno para Compagnon? Es โ€“nos diceโ€“ el โ€œmoderno arrastrado por la corriente de la historia, pero incapaz de guardar luto por el pasadoโ€, y mรกs adelante: โ€œLo antimoderno en lo moderno es la exigencia de libertadโ€.

Otra caracterรญstica mรกs clara es la desconfianza hacia el siglo XVIII en cuanto representante de la Ilustraciรณn y la aversiรณn hacia la idea central del siglo XIX, el progreso, esa bestia negra de Baudelaire. A veces Compagnon, que va definiendo los conceptos demasiado cerca de los casos, confunde la nociรณn de historia como progreso y la posibilidad del progreso en arte, denostada con acierto por Proust. Se puede dudar o negar el progreso en arte y creer en el progreso de la ciencia o de las leyes sociales sin contradicciรณn. Ademรกs, Compagnon es un expositor confuso, enredador, y no parece, despuรฉs de haber escrito el libro, haberse tomado la molestia de rescribirlo a la luz de lo ordenado y descubierto en su investigaciรณn. Por otro lado, la lectura de Los hijos del limo, de Octavio Paz, le hubiera venido muy bien, pero lo ignora por completo, y es una ignorancia que le afecta: le hubiera ahorrado algunas confusiones y, ademรกs, ampliado la visiรณn, pero…

Sigamos: el antimodernismo es pesimista, y lo es sociolรณgica e histรณricamente mรกs que un sentimiento individual, y aunque reรฑido con la modernidad โ€œlos antimodernos no son los adversarios de lo moderno, sino los pensadores de lo moderno, sus teรณricosโ€. Supongo que lo que Compagnon quiere decir es que la modernidad es contradictoria y participa de, al menos, dos ideas de la historia y del tiempo, difรญcilmente reconciliables. Romรกnticos y modernos son Hugo y Baudelaire, pero el primero es un ferviente republicano (a partir de cierta รฉpoca) y el segundo un creyente en el pecado original (la fatal culpa) y un denostador de la democracia, como Flaubert y los Goncourt, y como antes lo habรญa sido Balzac, cuya Comedia humana, que sin duda va mรกs allรก de las ideas polรญticas del autor, puede ser leรญda como crรญtica de la herencia de la revoluciรณn de 1789: al fin y al cabo escribรญa segรบn su propia confesiรณn a la luz de dos verdades eternas, la religiรณn y la monarquรญa. Lo que ocurre, volviendo al meollo de nuestro tema, es que la modernidad no se caracteriza meramente por las ideas polรญticas sino por la percepciรณn del tiempo (aceleraciรณn y pluralidad), la acentuaciรณn del ahora, la exaltaciรณn de la analogรญa, etcรฉtera. Desconfiados, pensaban que las sociedades no se inventan, son el producto del lento tiempo de la naturaleza y de la historia (Lamennais, Taine, siguiendo a De Maistre). El hombre es igual a sรญ mismo en el mal (Baudelaire), y por lo tanto no cambia, lo que supone ilusoria toda idea polรญtica basada en una voluntad social que quiera disponer los medios para un desarrollo de la justicia, la equidad y la fraternidad. No podรญan creer en el progreso porque si รฉste forma parte del determinismo histรณrico sรณlo favorecerรก a los vagos, al igual que el cristianismo debilita la moral (Nietzsche leyendo a Baudelaire, segรบn explica con acierto Compagnon). Para Baudelaire, las ilusiones modernas son productos del olvido del pecado original, de la exaltaciรณn de la naturaleza como base de todo bien. La belleza estรก en la conciencia del pecado, no en su negaciรณn. Por otro lado, modernos progresistas y modernos reaccionarios compartieron su desprecio cuando no odio por la burguesรญa, unos por aristocratismo y otros por liberales. El antimoderno no fue un mero conservador (o no lo fue de ningรบn modo), sino un antiburguรฉs, pesimista respecto a la naturaleza humana y negador del progreso.

De vez en cuando Compagnon incursiona en nuestro siglo y nos muestra cรณmo algunos autores franceses, como Bataille y Caillois, fueron herederos de De Maistre. En el caso concreto de Caillois, concebรญa el poder como โ€œdato inmediato de la conciencia inseparable de lo sagradoโ€, cercano, en este sentido, a los partidarios de la mรญstica polรญtica, como Sorel y Pรฉguy. No estรก mal repensar lo que nos recuerda Compagnon: entre 1937 y 1939, Bataille y Caillois (en el grupo del Colegio de Sociologรญa) afirmaban el fundamento mรญstico de la autoridad. Estaban obsesionados por el tiempo profano en que vivรญan y la necesidad de lo sagrado, inexcusable sustento de lo social. Hoy sรณlo hay que pensar en la exaltaciรณn, por entonces, del Partido รšnico y la imposiciรณn hiperbรณlica de lo histรณrico y, por otro lado, en la mรญstica del poder del nazismo, para horrorizarnos un poco mรกs de lo que en su poema โ€œEsthetique du Malโ€ (1945) Wallace Stevens puso en boca de Victor Serge: โ€œLa revoluciรณn es labor de enajenados razonadoresโ€.

โ€œEl antimoderno es el reverso, la otra cara de lo modernoโ€, afirma Compagnon, y tiene razรณn en la medida de que es una reacciรณn desde su interior, desde el romanticismo que es, a su vez, tanto una respuesta al Siglo de las Luces como su heredero. Creo que todo habrรญa quedado mรกs claro si Compagnon hubiera estudiado la modernidad desde el romanticismo. El romanticismo, movimiento que funda la modernidad, es contradictorio, porque tambiรฉn es su negaciรณn. Despuรฉs de leer, con alguna paciencia, el libro de Compagnon, lean o relean Los hijos del limo. ~ 

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(Marbella, 1956) es poeta, crรญtico literario y director de Cuadernos hispanoamericanos. Su libro mรกs reciente es Octavio Paz. Un camino de convergencias (Fรณrcola, 2020)


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