Consideremos (versión de María Baranda)

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(después
de Czeslaw Milosz)

Recordando
que en nuestra confusa travesía

siempre
llegamos al fin

al
punto donde partimos

donde
obtenemos heridas que no sanan

y
furiosas cicatrices que todavía nos eligen

recordando
que regresamos cada estación

con
la pena de abrazar desenfrenadamente

la
sal de la humillación en nuestras lágrimas de sangre

uniendo
el dolor de la memoria que heredamos

a
la punta del látigo de nuestro futuro

recordando
cómo cada momento en adelante

nos
regresa a la jungla, al triunfo de la fuerza

donde
nuestros dorsos saben de los mapas victoriosos

trazados
en ampollas profundas

donde
el martilleo de voces que tartamudean

golpetea
en los valles de nuestras tantas vidas

recordando
que nunca somos inocentes

que
nuestra debilidad nos hace parte de cada crimen

cometido
en contra nuestra

tal
y como nuestras vísceras lo piden

tal
y como la distancia que hay con los vecinos

                                                                  /magullados 

otorga
el mandato a los dragones de poder

rudo
y obsceno y tan horribles

y
recordando todo esto y sabiendo aun más

por
qué sorprenderse de que hemos descendido

                                                                /hacia las noches 

y
los días de imperativos sin defensa

anhelando
un lugar en el reino de la oportunidad

donde
triunfan los gorilas

por
qué sorprenderse –¡y cómo nos sorprendemos

                                                            /todavía!– 

en
el trote de los lugares comunes y las cosas

víboras
en la propaganda de los actos
 

prolongando
en sus entrañas la amistad de los

                                                            /roedores 

el
criminal en libertad, como juez y perseguido
 

jalando
abajo el cielo sobre la gente equivocada

no
nos sorprendamos si la lógica divina se mantiene

en
el vientre del poder reinante

si
aquellos que primero llegan diseñan ataúdes

para
los que vienen después

no
nos sorprendamos, consideremos

por
qué aquellos que reemplazan a los profetas

suplen
los sucesos con rituales

que
prueban el derecho del profeta.

Consideremos
la manera en que consideramos

            el
fracaso de la visión

que
decreta la lengua

            de
cada canción callejera. ~

Traducción
de María Baranda

Odia
Ofeimun. Nigeria, 1950. Poeta y ensayista ha publicado varios libros
de poesía, entre ellos
A Handle for the Flutist
, A
Feast of Return/Under African Skies
, London
Letters and other poems
y Dreams
at Work
. Ha sido presidente de la Asociación de
Autores Nigerianos y del comité editorial de los semanarios
The News y Tempo y
miembro del comité editorial de The
Guardian
, en Lagos.

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