La compensaciĆ³n

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A primera vista, parece difĆ­cil imaginar cĆ³mo harĆ” el cardenal Roger Mahony para sobrevivir al escĆ”ndalo de pedofilia. Lejos de poner fin al asunto, la compensaciĆ³n por seiscientos millones de dĆ³lares que la ArquidiĆ³cesis de Los Ɓngeles accediĆ³ a pagar a las vĆ­ctimas de abuso ā€“violaciĆ³n de menores es un tĆ©rmino mĆ”s preciso, aunque menos eufĆ³nicoā€“ no harĆ” mĆ”s que suscitar mayor estupor y preocupaciĆ³n en torno a la conducta del Cardenal a lo largo del escĆ”ndalo. Mahony mismo admitiĆ³ que, cuando tuvo noticia de lo que estaba sucediendo, decidiĆ³ no informar a la policĆ­a y, de hecho, permitiĆ³ que los sacerdotes mĆ”s violentos involucrados en los hechos regresaran a su ministerio tras someterse a programas de tratamiento que, segĆŗn admite ahora el propio Cardenal, resultaron inĆŗtiles.

Decir, como hace ahora Mahony, que desearĆ­a rebobinar como ā€œcintas vhsā€ las vidas de las vĆ­ctimas hasta un punto anterior a los crĆ­menes que las devastaron ā€“y no existe otra manera de plantear esto con franquezaā€“ parece una manera sumamente autoexculpatoria de su parte para describir lo sucedido. No cabe mĆ”s que perdonar a los escĆ©pticos por preguntarse por quĆ© la ArquidiĆ³cesis decidiĆ³ negociar tan sĆ³lo unos dĆ­as antes de que el cardenal Mahony hubiera sido llamado a declarar ante el tribunal, y por poner en duda la manera en que Mahony culpĆ³ por la demora a la complejidad de las negociaciones entre la ArquidiĆ³cesis y las compaƱƭas aseguradoras.

Y, sin embargo, no importa cuĆ”n grotesco pueda parecerle a las personas que comprensiblemente no estĆ”n dispuestas a perdonar al Cardenal por lo que Ć©l mismo acepta ahora como graves errores: lo mĆ”s probable es que Mahony sobreviva relativamente ileso en su cargo, a diferencia, digamos, de su contraparte, el cardenal Bernard Law, de Boston, un prĆ­ncipe de la Iglesia al que el Vaticano tuvo que retirar de su cargo y transferir a Roma, en una suerte de exilio. A decir verdad, Mahony no sĆ³lo permanecerĆ” en su puesto, sino que mantendrĆ” su poder y su autoridad moral intactos frente a la abrumadora mayorĆ­a de sus feligreses.

ĀæCĆ³mo explicar la calidad de ā€œteflĆ³nā€ del Cardenal de Los Ɓngeles? En gran medida, la respuesta radica en las enormes transformaciones registradas dentro de la Iglesia CatĆ³lica de Estados Unidos ā€“transformaciones cuyo punto de origen se halla en la ArquidiĆ³cesis de Los Ɓngelesā€“, y sobre todo en su cada vez mĆ”s profunda hispanizaciĆ³n, asĆ­ como en el papel que el cardenal Mahony desempeƱa como el amigo quizĆ” mĆ”s poderoso que los inmigrantes hispanos tienen no sĆ³lo en la Iglesia CatĆ³lica estadounidense, sino en el paĆ­s entero.

Cualquiera que tenga una vaga idea de lo que es el catolicismo romano en Estados Unidos sabe cuĆ”n radicalmente ha cambiado la Iglesia en las Ćŗltimas dĆ©cadas. Compuesta en un principio por personas procedentes de Europa, la Iglesia sirve ahora cada vez mĆ”s a los hispanos, tanto a los inmigrantes como a los nacidos en Estados Unidos. A nivel nacional, los hispanos representan hoy el 39 por ciento de la poblaciĆ³n catĆ³lica y, desde 1960, han constituido el 71 por ciento de los nuevos feligreses catĆ³licos estadounidenses. Esto representa un gran crecimiento tanto en tĆ©rminos proporcionales como en cifras absolutas, y es atribuible casi por completo a la vasta y continua migraciĆ³n procedente de MĆ©xico y CentroamĆ©rica durante las tres dĆ©cadas pasadas. La demografĆ­a es destino, y el destino de la Iglesia CatĆ³lica estadounidense estĆ” ligado ahora ā€“es sencillamente un hechoā€“ al destino de estos inmigrantes, y el de sus hijos y nietos. Es lĆ³gico que este cambio haya sido tremendamente complicado para la Iglesia, cuya jerarquĆ­a aĆŗn dominan los descendientes de inmigrantes italianos, polacos y sobre todo irlandeses, como Mahony mismo. Lo que distingue al Cardenal, empero, es que desde sus dĆ­as de seminarista ha apostado por este catolicismo romano hispanizado, cuyo centro ha sido siempre el sur de California, aunque se trate hoy dĆ­a de un fenĆ³meno nacional.

Muchos crĆ­ticos de Mahony, horrorizados por su comportamiento en el transcurso del escĆ”ndalo de pedofilia, han dicho que su continua dedicaciĆ³n a los asuntos de los inmigrantes y su Ć©nfasis en la comunidad hispĆ”nica no son sino un cĆ­nico esfuerzo por desviar la atenciĆ³n respecto del encubrimiento. Pero su intervenciĆ³n en los asuntos hispanos data de mucho antes de su ascenso como figura eminente dentro de la Iglesia. De hecho, Mahony ha mostrado una gran coherencia desde sus primeros dĆ­as como seminarista, cuando ejercĆ­a el ministerio para los trabajadores hispanos de las granjas del Ventura County; en sus dĆ­as de sacerdote Ć­ntimamente involucrado en el movimiento de la AsociaciĆ³n de Trabajadores del Campo, encabezado por CĆ©sar ChĆ”vez; durante sus dĆ­as como cabeza del ComitĆ© de Relaciones AgrĆ­colas del gobernador Jerry Brown de California; en su desempeƱo como obispo de
Stockton; y hasta su actual activismo a favor de los derechos humanos y laborales de los inmigrantes (temas que en el sur de California estƔn evidentemente ligados de manera indisoluble).

Lejos de resistirse a ella, el cardenal Mahony ha dado la bienvenida a la hispanizaciĆ³n de la Iglesia. Es seguro que ningĆŗn angelino hispano se sorprendiĆ³ porque el Cardenal no se limitara a participar en la enorme manifestaciĆ³n a favor de los inmigrantes que tuvo lugar en Los Ɓngeles la pasada primavera, sino que exhortara, al menos de manera tĆ”cita, a las parroquias a involucrarse en la planeaciĆ³n de la marcha. En consecuencia, el afecto y el respeto de los que goza dentro del mundo hispano de Los Ɓngeles (sin importar lo que la gente piense de Ć©l en el lado oeste) son enormes y no susceptibles de verse sacudidos por el escĆ”ndalo de pedofilia. Al contrario, casi no cabe duda de que ā€œRogelioā€, como se lo conoce en la zona este de Los Ɓngeles, mantendrĆ” la lealtad de la vasta mayorĆ­a de sus feligreses.

Ɖste es el factor que explica la diferencia entre las consecuencias que puede tener la crisis de los abusos dentro de la Iglesia en Los Ɓngeles y las consecuencias que tuvo en ciudades como Boston. Un amigo, sagaz catĆ³lico laico de Los Ɓngeles, me dijo: en Boston se organizĆ³ una oposiciĆ³n laica mĆ”s allĆ” de las organizaciones de las vĆ­ctimas, y eso fue lo que en Ćŗltima instancia hizo que la posiciĆ³n del cardenal Law fuera insostenible. Al final, Law perdiĆ³ incluso la lealtad de muchos de sus propios sacerdotes de parroquia. Nada podrĆ­a ser mĆ”s ajeno a la situaciĆ³n del cardenal Mahony. Nos guste o no, el escĆ”ndalo de pedofilia simplemente no es un tema central en la mayorĆ­a de las parroquias angelinas.

ĀæDeberĆ­a ser de otra manera, dado que el escĆ”ndalo es demasiado real? En gran medida, esto depende de quiĆ©n sea uno. Sin duda, muchos catĆ³licos hispanos estĆ”n consternados por el escĆ”ndalo, y por el hecho de que muchas vĆ­ctimas y perpetradores son tambiĆ©n hispanos. Pero los hispanos en general y los inmigrantes en particular han encontrado a un poderoso defensor en Mahony, y esto en un momento en que los poderosos tienden mĆ”s a la represiĆ³n que a la compasiĆ³n o la solidaridad. Desde esta perspectiva, no deberĆ­a resultar sorprendente que los feligreses hayan decidido mayoritariamente perdonarlo por lo que hizo y dejĆ³ de hacer, y que lo hagan una y otra vez. Un interĆ©s propio dicta esto, ni mĆ”s ni menos. Por supuesto, sĆ³lo el cardenal Mahony nos podrĆ­a decir si no pudo lidiar con los atribulados sacerdotes cuyas agresiones ignorĆ³ durante tanto tiempo porque esto distraĆ­a su atenciĆ³n respecto de los temas sociales, que Ć©l consideraba mĆ”s importantes. Pero la compensaciĆ³n lo eximiĆ³ de este deber, y es probable que nunca nos lo diga. ~

TraducciĆ³n de Marianela SantoveƱa

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David Rieff es escritor. En 2022 Debate reeditĆ³ su libro 'Un mar de muerte: recuerdos de un hijo'.


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