Ilustraciones: Gabriel Gutiรฉrrez

Rulfo y la Guionista

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1. Sobre fondo negro.

Se escucha la voz off de los narradores. Suavemente va subiendo el ruido urbano de la avenida Revoluciรณn: bocinazos, tranvรญas, coches.

 

Narrador uno
(off)

En 1985 se busca llevar a la pantalla el argumento cinematogrรกfico “El Gallo de Oro”, de Juan Rulfo. El Cineasta llama para ello a una guionista que se estrenarรญa asรญ en el guiรณn de largometraje. Era la segunda versiรณn que se filmarรญa del argumento escrito para la pantalla por Rulfo. La primera versiรณn la habรญa dirigido Roberto Gavaldรณn a mediados de los aรฑos sesenta. Escrita por Garcรญa Mรกrquez y Carlos Fuentes, hablaba de un Mรฉxico en pleno desarrollo. Era la รฉpoca del llamado “milagro mexicano”. Dos dรฉcadas despuรฉs, el Cineasta –Arturo Ripstein– pretendรญa a travรฉs de Rulfo revisar al paรญs con una mirada radicalmente distinta. El milagro habรญa terminado.

 

Narrador dos
(off)

El Cineasta, luego de haber leรญdo el guiรณn, decidiรณ llevรกrselo a su amigo Juan Rulfo, para que el escritor hiciera los comentarios pertinentes. Invitรณ para tal ocasiรณn a la novel Guionista.

El ruidero de la avenida Revoluciรณn ensordece a la voz de los narradores. Lentamente se va iluminando la pantalla.

 

Fade in

2. Ext. Av. Revoluciรณn. Tarde.

Era el mediodรญa del 1985; sin embargo, ya en aquellos ayeres la avenida Revoluciรณn se esforzaba –y lo lograba– en ser fea. Dispareja, mรญsera, sin รกrboles, con camellรณn enclenque y polvoso.

Entonces el tranvรญa aรบn la recorrรญa. Fuera de ello: mismo cablerรญo, edificios precarios, provisionales, baches y charcos; eso sรญ, menos deterioro, porque veinte y pico de aรฑos no pasan en balde.

La tarde es gris, plomiza, con ese gris turbio del mayo tardรญo antes de que comiencen las aguas. A las seis de la tarde la avenida bulle de coches y gente. La mayorรญa, trabajadores carcomidos por el cansancio, jaloneรกndose por el puesto en los peseros, bamboleantes cual gallinas cluecas por la sobrecarga de pasaje.

La Guionista, escrupulosamente vestida y meditada, de jeans, camisa de rayas y trinchera por si acaso se decide a llover, pero sobre todo, por el aire europeo que siente que la trinchera le confiere, sale de su vocho. Cierra la portezuela apresuradamente y cruza la calle pispeando en busca del Cineasta.

Frente a ella, el burocrรกtico y ya desvencijado Instituto Nacional Indigenista tiene sus puertas abiertas de par en par. El Cineasta la espera en la puerta. Gesto ansioso y al mismo tiempo protector, para que su Guionista primeriza no se paralice. ร‰l, ceรฑudo, con gorra y un chaleco lleno de bolsillos, muerde un puro. El Cineasta es la representaciรณn icรณnica del Director de Cine tal y como estรก engranado en el inconsciente colectivo.

La Guionista trata de disimular su nerviosismo, sacando un tubo de labios de la bolsa y dรกndose una retocadita.

 

La Guionista

¿Si no le gusta?

 

3. Int. hall de entrada. Dรญa.

Ambos llenan el cuaderno de visitantes y se alejan rumbo al elevador. Las paredes estรกn cubiertas con posters propios de la instituciรณn: concursos de cerรกmica, muestras fotogrรกficas, talleres de actualizaciรณn y todos los etcรฉteras posibles. Ambos estรกn nerviosos. Ella lo evidencia mรกs arreglรกndose el pelo de manera terca; รฉl mordiendo su puro con saรฑa. Su frente se frunce por segundos.

Sus voces se escuchan en un primer plano.

 

El Cineasta

Le va a gustar. Si te trabas, yo salgo al quite. Dรฉjamelo a mรญ…

 

Ambos desaparecen dentro del elevador. Comienza la hora de la salida. Una turba de secretarias con faldas apretaditas y tacones muy altos camina presurosa a checar su salida en las mรกquinas que estรกn a un lado del policรญa de la entrada.

 

4. Int. piso 5, sala general. Dรญa.

El piso al que entran bien podrรญa ser parte del decorado de una pelรญcula de Billy Wilder. Pero no lo es, no tanto por falta de criterio escenogrรกfico, sino porque con la que llegada de los aรฑos 60, se arruinรณ para siempre la posibilidad de la magnificencia de la Fealdad Burocrรกtica. Para entonces ya privaba la formica, los vidrios polarizados y la iluminaciรณn de neรณn. Es feo, ramplรณn. Punto y basta.

Los visitantes recorren un sinfรญn de escritorios repegados los unos contra los otros. Muchos de los escritorios estรกn vacรญos. Sus ocupantes o se “retiraron” temprano o de plano no fueron a la chamba. En los que estรกn ocupados se combinan a la perfecciรณn un grupo hรญbrido de ex universitarios aburridos, oficinistas de cuรฑo y prosapia, y madres de familia agobiadas por la culpa de abandonar sus tareas maternas para desperdiciar en largas horas de abulia en la oficina.

La Guionista estรก aturdida. Sabรญa que Rulfo trabajaba en una oficina, pero no en una oficina de oficinistas. ¿Rulfo? ¿Rulfo, el maestro, la guรญa, el sendero; el del espaรฑol, el mรกs sonoro de todos, el que embarra las pรกginas con sabor a pedregales, calicha cuaresmeรฑa y tejados resquebrajaos? ¿Aquรญ?

 

La Guionista

Quรฉ raro… Rulfo ¿aquรญ?…

 

El Cineasta

Pa’ que veas… ร‰l es asรญ, distinto. Siempre ha sido muy aislado. Hace aรฑos que no publica.

 

La Guionista

Titipuchales… ¿Hizo cine?

 

El Cineasta

Foto… y este argumento.

 

La Guionista

¿Y si le gusta la pelรญcula de Gavaldรณn? Porque…

 

El Cineasta

La de Gavaldรณn es nada mรกs la primera parte de su cuento. ¿Quรฉ no la viste?

 

El Cineasta

Ni la verรฉ. Prefiero, no vaya a trabarme.

 

Soba el guiรณn bajo su brazo y respira profundo. Sabe que sus consideraciones tienen el propรณsito soterrado de disipar su nerviosismo.

 

La Guionista

Darle un Rulfo a Rulfo, imagรญnate nomรกs… Nos va a repelar porque le cambiamos el nombre.

 

El Cineasta

La de Gavaldรณn ya se llamรณ asรญ. Ademรกs este es mejor.

 

La Guionista pierde toda la seguridad en sรญ misma que traรญa guardada. Discretamente otea a uno y otro lado para checar que nadie se percate y se persigna disimuladamente.

A media tarde la oficina parece un panal laborioso y aburrido. Afuera de las ventanas ahumadas, la tarde se carga de nubes. En cualquier momento comienza el verano y las lluvias. Un reloj ominoso marca las 6:15.

El Cineasta –que la ha visto persignarse– lanza un suspiro.

 

El Cineasta

 … las monjas…

 

La Guionista
(terciando)

 … y el miedo.

 

Ella lanza una risita culpable. El Cineasta menea la cabeza resignado y se acerca a una mujer ya mayor que se pinta las uรฑas. Le pregunta por Rulfo. La mujer le indica por la mano. El diรกlogo resulta ininteligible. Cineasta y Guionista entran al cubรญculo de cristal que estรก del otro lado del recinto.

Sentado en su escritorio descubrimos a Rulfo leyendo un libro. Viste traje y corbata de trabajador del Estado. Tiene el pelo ondulado y esas entradas que caracterizaban a los hombres de la inmediata posguerra y que ahora, por arte de magia han desaparecido, como si la pรฉrdida de pelo siguiera patrones que responden a รฉpocas y modas.

Rulfo en su oficina es lo mรกs lejano a la imagen de escritor que se pueda tener, o que al menos pueda tener la Guionista. Tiene mirada triste. Cara alargada de jalisquillo, frente amplia y mirada limpia. Tal como en las fotos. Lo sorprendente es que parece Un Hombre de Todos los Dรญas.

Se sientan frente a รฉl. La tarde pardea y un relรกmpago ilumina al Ajusco que por aquel 1985 todavรญa era el guardiรกn perenne del sur de la ciudad.

 

Corte a

La conversaciรณn ha comenzado. Rulfo parece incรณmodo o aburrido. La Guionista imagina que si ya sabรญa que le iban a entregar el guiรณn, con dejรกrselo en la entrada bastaba. Suspira.

Rulfo ojea el libreto distraรญdamente. Los visitantes fuman compulsivamente. Finalmente Rulfo rompe la tregua.

 

Rulfo

¿Y el tรญtulo?

 

El Cineasta

Lo saquรฉ de la sinopsis de Paz.

 

Rulfo

¿Paz? ¿Quรฉ tiene que ver Octavio con esto?

 

El Cineasta

No Paz Paz; ella, Paz, la Guionista. Y tambiรฉn le pedรญ no me ponga ni un mariachi. Los odio. Odio sus trompetas y su estruendo.

 

Rulfo

Y entonces ¿con quiรฉn canta la Caponera?

 

El Cineasta

Con una tambora.

 

Rulfo

¿Con una tambora?

 

Silencio mรกs o menos tenso. La Guionista ve la pared queriendo que la tierra se la trague.

 

La Guionista

Lo pasamos al altiplano y ahรญ pues la tambora embona, porque son pueblos rabones mรกs de tambora que de mariachi y…

 

Rulfo

¿Y quรฉ pasรณ con la cruz?

 

El Cineasta y la Guionista no saben quรฉ responder.

 

El Cineasta

¿Quรฉ cruz, Juan?

 

Rulfo

Cuando recorre con el cadรกver de la madre el pueblo sobre el burro y se forma una cruz en el suelo.

 

La Guionista

Es que va envuelta en un petate. No la jala en burro. Le quitรฉ el burro.

 

Rulfo
(¿intrigado?) (¿enojado?)

Le quitaste el burro. ¿Y entonces cรณmo la jala?

 

La Guionista

A lomo… Es mรกs bonito… Bueno, es bonito.

 

El Cineasta
(terciando)

Con la cรกmara la cruz se pierde, Juan, o queda muy intencionada. Simbรณlica. Ahora cuando muere la mamรก, le da rabia contra ella. Te va encantar. La patea y todo… Ya verรกs.

 

Rulfo se reclina en su escritorio. Cineasta y Guionista arman una pausa estratรฉgica encendiendo puro y cigarro respectivamente. Rulfo se sume en sus pensamientos; de pronto, la sensaciรณn de que la incomodidad va dando paso a la curiosidad. Juguetea con un lรกpiz y lee un pรกrrafo del Guiรณn.

 

Rulfo
(interrumpiendo)

¿Y la Caponera, Arturo? ¿Vas a llevar a la que saliรณ con Gavaldรณn? Canta muy bien.

 

El Cineasta

Ya estรก muy vieja para la Caponera. Ya pasaron 21 aรฑos. Ando viendo. A Pinzรณn ya lo tengo. Seguro lo viste en…

 

Rulfo
(interrumpiendo)

21 aรฑos ya, 21… ¿Entonces a quiรฉn llevas? Porque ella cantaba bien, ronquito. Estaba muy bien.

 

El Cineasta

El papel es ahora mรกs complejo que en la otra pelรญcula. Tiene mรกs matices. Ya lo verรกs… Voy a necesitar una actriz actriz. Es mรกs fรกcil doblar a una actriz que lograr que una cantante actรบe.

 

La Guionista

Antes era una hembra, ahora es una mujer ahogada.

 

El Cineasta fulmina a su novel colaboradora con la mirada. Le indica con un dedo –mรกs o menos indiscreto– que guarde silencio. La mujer deja caer el cigarro y lo busca con desesperaciรณn entre los pliegues de su trinchera. Las รบltimas palabras del Cineasta claramente perdieron la atenciรณn de Rulfo, que ha descubierto por primera vez a la Guionista. La escudriรฑa con la mirada.

 

Rulfo

¿Por quรฉ la patea?

 

La Guionista

¿A la mamรก? Le tiene rabia.

 

Rulfo

Tรบ crees… ¿La lleva a lomo? A lomo. Puede ser, no sรฉ. Se formaba la cruz y la pisaba. Eso tiene un peso.

 

La Guionista

Pero es pobre, miserable. No tiene burro. Al gallo lo sacรณ del basurero.

 

El Cineasta

Como en tu cuento.

 

La Guionista lanza una rรกpida miradita de soslayo al Cineasta buscando su aprobaciรณn. Llegรณ el momento tan temido: las preguntas concretas sobre su trabajo. Fuma compulsivamente. El Cineasta entra al rescate.

 

El Cineasta

Vas a ver… Ella (voltea a ver la Guionista, ruborizada) hizo un trabajazo. Y de la Caponera estoy haciendo un casting, todavรญa estoy buscando… Ya ves este negocio. Actores, lo que se dice actores, es lo que falta, hay mu…

 

Rulfo
(interrumpiendo)

¿Y la chamaquita esta?

 

El Cineasta y la Guionista por primera vez desde el principio de la visita estรกn total y absolutamente desconcertados.

 

El Cineasta

¿Quiรฉn?

 

Rulfo

La chamaquita esta, la que canta, la chulita.

 

El Cineasta

¿Cual? (A la Guionista:) ¿Tรบ sabes?

 

La Guionista tarda en contestar. No quiere meter la pata, pero luego de unos instantes y de ver desorientado al Cineasta, no le queda mรกs que intervenir. Le sale un gallo, el gallo de la falta de certeza.

 

La Guionista

¿Yuri?

 

Rulfo

No, esa es gรผera, y no es chulita… La chulita.

 

El Cineasta

Y no es actriz, Juan, y yo lo que necesito es una actriz.

 

Rulfo claramente no escucha al Cineasta. Se concentra en busca del nombre de la cantante perdida.

 

Rulfo

La muy chulita…

 

La Guionista

¿Lucerito?

 

El Cineasta

Estรก muy jovencita, porque la historia dura mรกs de veinte aรฑos y al final ella tien

 

Rulfo
(interrumpiendo)

No, esa no. La otra.

 

Guionista y Cineasta tienen un ataque de pรกnico. Se miran con ojos muy abiertos. Los de la desesperaciรณn. Este giro de la discusiรณn no se les habรญa pasado por la cabeza. El plan se les va de las manos. El Cineasta contraataca.

 

El Cineasta

Te decรญa: quiero a una actriz sรณlida y las canciones las doblo.

 

Rulfo
(en golpe de contraataque)

Esta actรบa… La vi el otro dรญa en la tele. Muy bien… Estรก muy chulita…

 

El Guionista y el Cineasta se miran por el rabillo del ojo, unidos por la consternaciรณn. Ella lanza un nombre en voz muy fuerte, para concitar a los hados del destino.

 

La Guionista

Lupita d’Alessio.

 

El Cineasta la fulmina con un vistazo. Ella la responde con un gesto de “ni modo”.

 

La Guionista

Decรญa, decรญa… No conozco tantas.

 

El Cineasta

Esa es un horror.

 

Rulfo

Y no da el ancho; ademรกs estรก fea… No, la chulita. (A voces:) Margo, oiga, Margo, ¿quiรฉn es esta que canta ronquito, ya sabe la canciรณn esa? La muy chulita. La del OTI.

 

Mientras habla, Rulfo se incorpora, abre la puerta de su cubรญculo y le habla a una mujer de piel de nata y pechos enormes, suaves, apretados bajo el cรบmulo de lonjas que se desprenden de su papada. Margo voltea hipnotizada desde las profundidades de su revista Vanidades. Tiene el escote perlado por el bochorno de la tarde.

 

Margo

¿Quiรฉn, don Juan?

 

Para ella, a diferencia de los visitantes, Rulfo es una presencia cotidiana, habitual. Uno mรกs del avispero enclaustrado de nueve de la maรฑana a siete de la noche. Responde sin levantarse de su escritorio.

 

Margo

¿Quรฉ otro dรญa?

 

Rulfo

El que oรญmos… La de la canciรณn esa, acuรฉrdese, Margo. La otra semana.

 

La curiosidad le gana a la pereza y Margo se levanta, soltando discreto bufidito y acomodรกndose la falda. Margo, en la medianรญa de su medio dรญa, es una mujer dicharachera y dada a la conversaciรณn y el relajo.

 

Margo

¿El dรญa que Mayorga trajo la cinta y…?

 

Rulfo

Ese… ¿ Quiรฉn cantaba?

 

Margo

Sepa, don Juan; yo para los nombres soy una coladera sin tapa, toditos se me escapan.

 

Rulfo estรก en la puerta del cubรญculo. El Cineasta y la Guionista, sin atreverse a levantar, ven a travรฉs del cristal a Rulfo acercarse al escritorio de un muchacho melenudo con chamarra de mezclilla. A travรฉs del cristal vemos cรณmo uno y otra se cuestionan con la mirada y se encojen de hombros. No tienen ni idea.

 

Rulfo

Lucho, ya sabes quiรฉn digo, la que cantaba cantaba, no como las demรกs.

 

Lucho

¿Lolita sabe la bola? ¿Luz Casal o como se llame?

 

Rulfo

No seas pazguato, esas son espaรฑolas: una de acรก. Chulita, bonita, muy chulita. Ronquita…

De en medio del mar de escritorios se escucha una voz masculina.

 

Voz anรณnima

Alejandra Guzmรกn… Alaska.

 

Voz anรณnima dos

Dijo chulita, pendejo.

 

Corte a

El cubรญculo de Rulfo estรก atestado de gente. Los compaรฑeros de oficina –como todos los burรณcratas del mundo– disfrutan de cualquier pretexto que corte la rutina y acorte la tarde. Rodean a Rulfo, campechanamente. El Cineasta y la Guionista observan entre atรณnitos y divertidos. El Cineasta sonrรญe, cรณmplice.

 

Lizardo
(flaco, รฉmulo joven de Manolete)

La Prieta Linda… La Tariรกcuri… Lola Beltrรกn.

 

Margo

Dijo joven.

 

Lic. Resรฉndiz

Dulce…

 

Lucho
(en plan de relajo)

Las Pandora.

 

Lic. Resรฉndiz

Esas son tres.

 

Margo

…Y gordas… Daniela Romo.

 

La Guionista

¿Tiene que ser bonita? Yo pensaba…

 

El Cineasta
(interrumpiendo)

Tรบ pensabas… Mira, Juan, estamos todavรญa a la mitad del casting, cuando tenga una propuesta te

 

Rulfo
(sin escucharlo)

Dulce, canta ronquito… y estรก guapa, pero no sรฉ. La que yo digo… Es muy conocida. Orita me acuerdo.

 

Margo

Dulce parece machorro, don Juan. De menos una que no parezca virago.

 

Las propuestas se sobreponen las unas con las otras y todo tipo de nombres se escuchan de manera confusa, en medio de votaciones entusiastas entre Rulfo y el personal de la oficina.

 

La Guionista y el Cineasta estรกn sumidos en el azoro. Los vemos a travรฉs del reflejo del vidrio. Nos vamos alejando del cubรญculo de cristal a travรฉs de la ventana. Afuera la tarde gris y ventosa lanza sus รบltimos destellos sobre azoteas y tinacos.

 

La cรกmara se acerca y la imagen parece congelarse.

 

Narrador uno
(off)

La Guionista no da crรฉdito. Estรก con Rulfo, el inmenso, barajando nombres de cantantes de radio.

 

Narrador dos
(off)

Una mente mรกs ingenua tacharรญa al escritor de campechano. La Guionista sabe que no es eso que en la tele califican de sencillez. Es mรกs complejo. Es genio, simple y llanamente Rulfo.

 

Narrador uno
(off)

La Guionista nunca se atreviรณ a pedirle que le firmara su ejemplar de “El Gallo de Oro”. No ha terminado de lamentarlo.

 

Suben las voces de la oficina. La cรกmara se aleja de los hombros de la Guionista.

 

Corte a

 

5. Ext. Panorรกmica de la ciudad. Tarde.

La ciudad se va encendiendo lenta, perezosamente. Las voces del cubรญculo de Rulfo se escuchan en primer plano.

 

Ad libitum

¿Y quรฉ tal si repiten a Lucha Villa? Sigue bien sabrosa.

 

Ay, tรบ, ni que fuera carne.

 

Madonna.

 

¿Yuri? ¿Rocรญo Dรบrcal? ¿Carmela y Rafael?

 

Risas y relajo.

 

Rulfo

No, la chulita…

 

6. Ext. Avenida Revoluciรณn. Noche.

El ruidero de la avenida se va entremezclando con las voces que siguen a Rulfo. Los camiones y los peseros, los clรกxones, los escapes y los aceleradores opacan todo. Goterones de lluvia comienzan a caer iluminando el pavimento de colores rojos y amarillos. La Guionista y el Cineasta cruzan la avenida. Los vemos a la distancia.

 

La Guionista
(en primer plano)

¿Tรบ sabes quiรฉn serรญa?

 

No se escucha la respuesta, o tal vez acaso no exista ninguna. Cada uno se mete a su coche. Se pierden en el tumulto.

 

Sobre negro se sobre escribe la leyenda y una voz off de narrador.

 

Narrador uno
(off)

Dรญas mรกs tarde el Cineasta recibiรณ una llamada de Rulfo. El guiรณn le habรญa gustado mucho. Aunque extraรฑaba la sombra formando una cruz sobre la calle, parecรญa no importarle demasiado.

 

No preguntรณ quiรฉn serรญa la actriz y cantante. El Cineasta tampoco lo indagรณ.

 

Dos meses mรกs tarde temblรณ en la ciudad de Mรฉxico. Era el 85. La filmaciรณn se retrasรณ tres dรญas.

El Imperio de la Fortunaterminรณ de filmarse un puรฑado de dรญas antes de que Rulfo muriera.

 

Fade in

Suavemente va desapareciendo la avenida hasta que el negro la traga de un bocado.

 

Narrador dos
El Cineasta y la Guionista nunca supieron el nombre de la cantante chulita.

 

Sube a primer plano “Las rosas de mis rosales”, canciรณn que en El Imperio de la Fortuna cantaba la protagonista. Una actriz que por lo demรกs tambiรฉn era chulita. ~

 

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(ciudad de Mรฉxico, 1949) es guionista. Ha escrito los guiones de 'Profundo carmesรญ' (1996), 'La perdiciรณn de los hombres' (2002), entre otros.


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