El taiwanés Ang Lee es uno de los pocos directores extranjeros instalados en Hollywood que pueden hacer lo que les dé la gana sin perder el estilo. Lo mismo gana un Oscar por El tigre y el dragón que filma Hulk o una cinta de vaqueros gays. Ahora vuelve a sus raíces con una película hablada en mandarín y situada a principios de los años cuarenta, en la China ocupada por los japoneses. Un grupo de estudiantes de teatro conspira para asesinar a Mr. Yee (Tony Leung, soberbio como siempre), un político traidor a la causa de su país. La inquietante Wong es la encargada de seducirlo para entrar en su círculo, pero en el proceso se desatará una cruda pasión entre ellos. Un filme que combina de manera soberbia un estilo pausado con irrupciones de violencia extrema, tanto criminal como sexual. ~
A medias
El luminoso invierno de Marruecos, los veranos agnósticos de los Países Bajos, el inglés mal hablado de los vascos, el francés por escrito y el italiano de los argentinos. El aire transparente…
Los dos debates con el mundo musulmán
Desde 1979 no moría un embajador americano en servicio. Fue en Afganistán. En total han asesinado a seis desde 1965. La muerte del embajador Chris Stevens en un ataque al consulado americano…
La playa
Todas las estrellas son estrellas fugaces. Estas arañas veloces son cangrejos malaquitas. ¿Reconoces a Cáncer en el cielo? Todos los mapas cambian. Los brillos de sal…
Para no olvidar
Geney Beltrán Félix Adiós, Tomasa Ciudad de México, Alfaguara, 2019, 328 pp. Ya en su novela anterior, Cualquier cadáver (Cal y Arena, 2014), Geney Beltrán Félix había hecho patente tanto su…
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES