La novela de Melchor

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Javier Cercas

Terra Alta

Barcelona, Planeta, 2019, 384 pp.

No frecuento las novelas de detectives. No por prejuicio sino por gusto. Las muertes violentas y los policías son dos de los temas que menos me atraen. Dicho lo anterior, confieso que me gustó Terra Alta. No mucho, pero me gustó. No la recomiendo porque me parece que hay otros libros mucho mejores para pasar el tiempo, del mismo Cercas para no ir tan lejos. Soldados de Salamina, Anatomía de un instante y El impostor son obras mayores. Terra Alta se deja leer muy bien, entretiene, ganó un premio.

Es una novela de fracasos. En primer lugar, el fracaso de su protagonista Melchor que no pudo encontrar a los asesinos de su madre, de oficio prostituta, razón por la cual dejó su vida de crápula e ingresó a la policía (después de años de búsqueda, renunció a esa empresa). Enseguida, el fracaso de todo el departamento de policía de Terra Alta y de sus apoyos (cuarenta investigadores, detectives, forenses, científicos, etc.) incapaces de resolver el crimen que da pie a esta novela, el cual no es el de la madre de Melchor sino el de una pareja de ancianos ricos, ejecutados con suma violencia, y su sirvienta. El tercer y definitivo fracaso es también de Melchor, el único policía que no se dio por vencido y siguió, quién sabe por qué, investigando el asesinato hasta que, con una inesperada ayuda, da con una solución que cierra el caso, lleva a prisión a dos homicidas confesos y pone al descubierto una red de complicidad entre policías y criminales. Este fracaso es el que importa. Porque en las últimas páginas Melchor se entera de que, por encima de los asesinos aprehendidos, había otro asesino aún mayor, que desde el principio había manipulado los hilos de la trama. Melchor fracasó en su investigación independiente porque no pudo encontrar al autor intelectual del triple crimen y solo supo la verdad hasta que el responsable se le puso enfrente y confesó su participación. Cercas, a pocas páginas del final del libro, da un último giro de tuerca y de ese modo recoge el único cabo que seguía suelto, el de la tortura de las víctimas. ¿Para qué el martirio de unos ancianos? ¿Qué razón tenía ese dolor que se antoja gratuito? Un criminal, salvo que sea un sádico, roba, mata y huye. Aquí no, aquí los asesinos se demoran en provocar un enorme sufrimiento a un par de viejos, ¿por qué? Quizá para arrancarles un secreto, o un password, quizá para hacerles firmar unos papeles, quizá para que confesaran un crimen previo y antiguo. La tortura de los viejos justifica el giro de tuerca (efectista as bajo la manga, truco fácil del autor) al final de la novela.

Se advierte que Terra Alta, y miren que no soy experto en el género, es una novela de clichés. Detective hosco (pero gran lector). Crimen sin pistas al comenzar la novela. Policía que va más allá de su deber e investiga el caso sin detenerse en los límites formales. La alianza “normal” entre los criminales y la policía. El caso atascado hasta que, desde el anonimato, alguien brinda la pesquisa definitiva. No solo clichés genéricos sino del mismo Cercas: los saltos en el tiempo, el personaje sentimental pero de principios firmes, la recurrencia al pasado, a la Guerra Civil como herida que sigue abierta. El cliché, supongo, es consustancial al género.

Terra Alta es la “novela de Melchor”, su presentación en sociedad, la creación de un personaje que no debe extrañar que pueda aparecer de nuevo en las siguientes novelas de Cercas. Como se trata de un detective que lee mucho, y especialmente Los miserables, Cercas adorna la novela con abundante parafernalia proveniente del libro de Victor Hugo. Más que centrarse en la resolución del crimen, a Cercas le interesa su detective. Todo tiene que ver con él. Como en las modernas series televisivas, es Melchor el detective de la gran ciudad (Barcelona) que tiene que recluirse en un apartado rincón de provincias, para que su singularidad y genio brillen más. Pueblos abandonados en donde no sucede nada hasta que llegan ellos y sobreviene la masacre oportuna. Es a Melchor a quien el verdadero asesino le revela la naturaleza de su crimen (que pasa por México y sus ya tradicionales sicarios). Es Melchor el que recibe la revelación sobre el porqué de la tortura, venganza madurada por décadas y que se conecta con la Guerra Civil, terreno familiar de Cercas. Melchor es el personaje que odia y luego ama, detective hierático que de pronto se pone frenético, esto es, Melchor ha sido dotado por su autor de inteligencia, sensibilidad, tragedia y cultura. Un personaje entrañable para las siguientes novelas, que publicará Planeta. Melchor, el hijo de puta convertido en el mayor defensor de las formalidades de la justicia y del debido proceso, porque sin formas, nos viene a decir este hijo de Javier Cercas, pueden cometerse las peores injusticias.

Melchor, el joven policía, es un hombre con suerte. Es la suerte la que actúa para que se tope de frente, luego de hacer prácticas de tiro, con una célula terrorista y la liquide sin ayuda de nadie. Cuando el caso está ya cerrado, es la suerte la que le hace llegar un mensaje anónimo que le da la pista definitiva para resolver (eso cree él) el crimen de los ancianos. Es la suerte la que hace que lo elijan para revelarle el secreto de los asesinatos. Supongo que la suerte es también uno de los clichés preferidos en el género de detectives.

Un detective lector, viudo y con una hija pequeña, racional pero intuitivo, tierno y violento, ha nacido en Terra Alta. Además del paisaje histórico-mítico de la Guerra Civil, este personaje vive el nuevo entorno independentista catalán que no dejará de agitarse y estar presente.

Una novela bien tramada, con personajes inverosímiles pero entrañables, con giros sorpresivos y vueltas de tuerca narrativas. Policías que se toman muy en serio sus casos, pero que finalmente no resuelven nada y son corruptos. Supongo que el género es lo de menos, simplemente es la convención literaria que adopta Cercas para contar una historia. Y que esa historia le permite hablar de la justicia, del odio, de los formalismos de la ley, de la venganza. Le permite sobre todo crear un personaje y echarlo a andar por el mundo. Que lo importante, y es lo que Cercas mejor hace, es escribir literatura. ~

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